La manipulación psicológica a la que sometían a las niñas para ser violadas y prostituidas en Rotherham era total. 1.400 casos en los que las mafias paquistaníes las amenazaban de muerte a la vez que les regalaban teléfonos, cenas caras y se hacían pasar por sus novios mayores. Los políticos locales y la policía, que lo sabían, siguen sin dimitir.