Los cardenales volverán a reunirse para realizar dos votaciones más. Así, regresarán a las 12.30 horas a la Casa de San Marta para volver hacia a las 16.00 horas, se trasladarán nuevamente a la Capilla Sixtina y, a las 17.50 horas, concluirán las votaciones de la tarde. A las 19.15 horas, rezarán las vísperas.

Si el nuevo Pontífice es elegido en alguna de las dos votaciones de esta tarde, la fumata blanca se espera en torno a las 17.30 y las 18.00 horas. Si vuelve a ser fallida, podrá verse el humo negro en torno a las 19.00 horas.

Si ningún cardenal consigue los dos tercios en las votaciones durante tres días consecutivos, el proceso de elección se suspenderá por un día para realizar una pausa de oración y de libre coloquio entre los cardenales electores.

Si tras cuatro series de escrutinios no se obtuviera resultado positivo, entonces, podrá procederse a la votación entre los dos cardenales más votados en el último escrutinio, pero no por mayoría sino que de nuevo se deberán alcanzar "al menos" dos tercios.

Finalmente, cuando sea elegido el nuevo Papa, el cardenal decano le pedirá su consentimiento y le preguntará cómo quiere ser llamado y el Maestro de Celebraciones Litúrgicas Pontificias levantará acta. Los fieles presentes en la Plaza de San Pedro podrán ver la fumata blanca.

Posteriormente, el nuevo Papa va a la 'habitación de las lágrimas' para vestirse y vuelve a la Capilla Sixtina para una pequeña ceremonia con una oración y un pasaje del Evangelio. En ese momento, todos los cardenales demuestran su obediencia al nuevo Pontífice y después cantan el Te Deum.

Por primera vez, el nuevo Pontífice irá a la Capilla Paulina a rezar unos minutos. Poco después, el cardenal protodiácono, Jean Luis Taurán, pronunciará --si no es él el elegido-- el 'Habemus Papam'. Posteriormente, el nuevo Pontífice imparte la Bendición Urbi et Orbi como en Pascua y Navidad.