Mahmood Abou Zeid lleva más de 1.100 días encarcelado y podría ser condenado a muerte. Este fotoperiodista egipcio de 27 años, conocido como Shawkan, fue detenido como un delincuente, cuanto tomaba fotos de una protesta tras el derrocamiento de Mohamed Mursi.

Desde entonces, vive confinado en unas condiciones en las que "no sobreviviría ni un animal", según sus propias palabras. Sin embargo, pese a su tez pálida y su aspecto desaliñado, sonríe a sus familiares en una de las infructuosas revisiones de su juicio. "Podría ser condenado a muerte. Shawkan nunca debió ser arrestado", asegura su abogado.

Fue encarcelado por cubrir las protestas de los partidarios del expresidente Mursi, derrocado por la junta militar hace tres años. Fue detenido, golpeado durante días, y desde entonces, encarcelado en condiciones inhumanas, simplemente por ejercer la libertad de expresión.

Además, padece hepatitis C y su familia ha pedido, hasta en 17 ocasiones, que le dejen salir de prisión por razones de salud. Pero lamentablemente siempre chocan contra el muro de la negación. El hermano de Shawkan, Mohamed Abou Zeid asegura que siempre les dan la espalda, aunque les supliquen.

Amnistía Internacional lucha, junto a la familia, para que el Gobierno de Al Sisi libere a Shawkan, que podría ser condenado a muerte en menos.