El gigantesco huracán Ian impactó contra Florida durante la tarde del 28 de septiembre a la hora local, causando estragos a su paso. Se acercó a la costa oeste de Florida rozando la categoría 5 con vientos de cerca de 240 kilómetros por hora (solo a 3 km/h de convertirse en uno de categoría 5), lo que convirtió a Ian en un huracán de categoría 4 de alto nivel.

Sin embargo, Florida no fue su primera parada, impactó primero contra Cuba la noche del martes y dejó a la isla, que ya tenía un sistema eléctrico inestable, sin electricidad en su totalidad.

Ian provocó la alerta máxima de las autoridades que llamaron a dos millones de personas a ser evacuadas en Florida. El ojo del huracán que es la parte más peligrosa de la tormenta tocó tierra cerca de Cayo Costa, una isla cerca de la costa de Fort Myers Beach, con las inundaciones y destrozos que deja a su paso registrados por los ciudadanos en las redes sociales.

Este ha sido un huracán sin precedentes en la costa oeste de Florida, puesto que, según CNN, esta área solo ha visto ocho huracanes de categoría 3 o superior desde 1950. Florida Power & Light, el mayor proveedor del estado, informó de más de 1,1 millones de cortes eléctricos para sus 5,7 millones de clientes. Sin embargo, parece que lo peor ya ha pasado puesto que el huracán ya se ha reducido a la categoría 1. Esto sucede porque los huracanes se alimentan de la temperatura del agua, por lo que al tocar tierra pierden fuerza.

¿Qué es un huracán?

Escuchamos frecuentemente términos como ‘huracan’ o ‘tifón’ para hacer referencia a estas megatormentas con vientos acelerados que impactan contra los países y causan destrozos. Ahora bien, huracán, tifón, ciclón… ¿qué los diferencia? Pues la verdad es que es solo una cuestión de dónde se produce el fenómeno meteorológico.

En primer lugar, hay que tener claro que tanto los huracanes como los tifones son, en sí mismos, ciclones. Según la ‘Cruz Roja Americana’, un ciclón sucede cuando un conjunto de nubes y tormentas se unen y comienzan a mezclarse y rotar hasta formar un ‘ojo’ visible. Este es un orificio en el centro de la mega tormenta y el punto más fuerte de la misma; todos los vientos convergen en este punto y es el motor del desastre meteorológico.

Al ciclón se le llamará huracán “si está sobre el Atlántico Norte, el Pacífico Norte central o el Pacífico Norte oriental (Florida, Islas del Caribe, Texas, Hawai, etc.)”. Y si “se cierne sobre el noroeste del océano Pacífico (normalmente el este de Asia)” entonces será llamado tifón. Si el ciclón se produjese en cualquier otro lado se le llamaría simplemente ciclón tropical.

Categorías de un huracán

La potencia de un huracán se mide de acuerdo con la escala Saffir-Simpson, desarrollada por el ingeniero de vientos Herb Saffir y el meteorólogo Bob Simpson, director entonces del Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) en 1969. Según la NHC las categorías se configuran de la siguiente manera:

  • Categoría 1: Vientos de entre 119-153 km/h que "podrían causar algunos daños" en las estructuras o cableado eléctrico, así como, posiblemente, el derribe algunos árboles.
  • Categoría 2: Vientos de entre 154-177 km/h. Provoca "daños más extensos" entre los que se encuentran la quebrada y derrumbe de árboles de raíces poco profundas y es posible que se vaya completamente la electricidad
  • Categoría 3: Vientos de entre 178-208 km/h. Presenta "daños devastadores" como que las casas de buena estructura podrían sufrir daños considerables o pérdida de planchas del techo y del hastial. La electricidad y el agua se irían por varios días o semanas después de que pase la tormenta.
  • Categoría 4: La categoría de Ian. Con vientos entre 209-251 km/h causa "daños catastróficos". Casas de buena estructura pueden sufrir daños severos y la mayor parte de la zona afectada quedará inhabitable por semanas o meses.
  • Categoría 5: La máxima categoría. Causa vientos de 252 km/h o más que dejan a su paso "daños catastróficos". Un alto porcentaje de casas de buena estructura quedarían destruidas. La mayor parte de la zona afectada se volvería inhabitable por semanas o meses.