Una enorme capa flotante de piedra pómez, con un tamaño aproximado de 150 kilómetros cuadrados, se encuentra flotando y vagando en mitad del Pacífico. La 'isla' fue avistada el pasado 9 de agosto por el Observatorio de la Tierra de la NASA. Los científicos creen que el origen de esta 'isla' de roca flotante se debe a un volcán submarino que expulsó toneladas de material que se solidificaron como piedra pómez.

Son muchos los volcanes cubiertos por las aguas de los océanos. Cuando estos entran en erupción, pueden decolorar la superficie con escombros y gases. También expulsan masas de lava que son más ligeras que el propio agua, originando así las rocas pómez. Tales piedras están llenas de agujeros y cavidades y flotan fácilmente, como si fueran un iceberg (con más superficie dentro del agua que fuera), según informó la NASA en el mencionado artículo del Observatorio de la Tierra.

Esta enorme 'isla' de roca volcánica que vemos en el vídeo surcando los mares del Pacífico se dirige hacia la Gran Barrera de Coral (Australia). Además, porta una enorme cantidad de vida marina que podría ayudar a salvar el mayor arrecife de coral del mundo, que se encuentra devastado por el cambio climático, según relató el geólogo Scott Bryan a la CNN esta misma semana.

Imagen de la gran 'isla' de piedra pómez que flota en el Pacífico

Desgraciadamente, la enorme 'isla' acabará desmoronándose como ya ha sucedido otras veces, según relató Bryan a la CNN. Además, explicó que estas 'islas' flotantes, aunque sorprendentes para muchos, no son extrañas: se puede ver una masa de esas cada cinco años aproximadamente.

Unos de los primeros e informar sobre este fenómeno fueron una pareja australiana que navegaba en catamarán a las Fiyi. "La masa de piedras llegaba hasta donde nos alcanzaba la vista bajo la luz de la Luna y de nuestro reflector", escribieron en sus redes sociales el 16 de agosto, según citó la BBC en un artículo de esta semana.

La mujer, Larissa Hoult, relató a la CNN días después cómo fue la situación: "todo el océano estaba mate, no podíamos ver el reflejo de la luna en el agua. Las piedras se cerraban a nuestro alrededor, por lo que tampoco podíamos ver nuestra estela", contó.