El Centro de Predicción del Clima Espacial de Estados Unidos (SWPC, por sus siglas en inglés) ha lanzado un aviso por una tormenta geomagnética "fuerte", de clase G3, tras una llamarada solar "significativa" y una eyección de masa coronal -una gran expulsión de plasma y campo magnético del sol-, producidas este jueves.

De acuerdo con esta entidad, esta eyección de masa coronal de la llamarada abandonó el astro a una velocidad de 973 kilómetros por segundo y se prevé su llegada a la Tierra este sábado 30 de octubre, con efectos que "probablemente continúen" el domingo, 31 de octubre.

¿Qué consecuencias puede tener?

Según la escala de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos, las tormentas geomagnéticas de clase G3 pueden afectar a los sistemas eléctricos: es posible que se requieran correcciones de voltaje y que se activen falsas alarmas en algunos dispositivos de protección.

También pueden causar problemas de orientación en satélites de órbita terrestre baja y problemas intermitentes en la navegación por satélite y radionavegación de baja frecuencia, así como volver intermitente a la radio de alta frecuencia. Además, según el SWPC, una tormenta G3 potencialmente puede alejar la aurora de su lugar habitual en el polo, llegando a verse en latitudes inferiores.

Una potente llamarada solar

La llamarada solar registrada este jueves alcanzó su punto máximo a las 15:35 UTC, en la tormenta solar más fuerte hasta ahora del ciclo actual de nuestra estrella. Un evento que captó el Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA, tal y como puedes ver unas líneas más abajo. Se originó a partir de una mancha solar llamada AR2887, ubicada actualmente en el centro del sol y frente a la Tierra, según su ubicación.

El destello ha sido clasificado como de clase X1. La clase X hace referencia a las llamaradas más intensas, mientras que el número proporciona más información sobre su fuerza: un X2 es dos veces más intenso que un X1, un X3 es tres veces más intenso, y así sucesivamente.

Las erupciones solares son poderosas explosiones de radiación. La radiación dañina de una llamarada no puede atravesar la atmósfera de la Tierra y afectar físicamente a las personas en el suelo, pero, cuando es lo suficientemente intensa, puede perturbar la atmósfera en la capa donde viajan las señales de comunicaciones y GPS.