Un accidente múltiple en la A-1 deja una larga fila de camiones esperando en el arcén para poder circular. Poco antes de medianoche se reabrió por fin al tráfico tras permanecer cerrada durante horas.

En cambio, en el kilómetro 93 de la carretera de Burgos, 50 vehículos quedan atrapados, sorprendidos por una fuerte nevada que dejó 35 heridos.

La fuerte granizada caída en Santiago provocó también otro choque en cadena en la AP-9. Hasta 14 vehículos se vieron implicados en el accidente y siete personas tuvieron que ser atendidas.

Las nevadas dejan también, a la altura de Peñalba, en Huesca, un choque frontal de dos camiones, en el que sus conductores murieron prácticamente en el acto.

Uno de los vehículos invadió el carril contrario en un tramo de carretera sin desdoblar, que según los vecinos supone "un riesgo diario".

De igual manera en le transporte público, encontramos la indignación la de los viajeros de un tren con destino A Coruña que ha estado parado hora y media en la estación de Puebla de Sanabria.

"Nos ha explicado el revisor que por implemencias del tiempo las vías están llenas de nieve, por lo cual el maquinista no ve la vía", cuenta una pasajera del tren.

Desde Renfe han enviado un mensaje en el que atribuyen el motivo de esta incidencia a una avería en las instalaciones.

En Leganés, Madrid, cinco jóvenes viajaban en un coche cuando el turismo se salió de la vía y se estrelló contra un muro. Dos de las víctimas tuvieron que ser rescatadas del interior del vehículo por los bomberos. Cuatro de ellos están hospitalizados en estado grave y uno de ellos, leve. Por su parte, el coche quedó con el capó completamente destrozado.

De madrugada los servicios de emergencia madrileños certificaban la muerte de un hombre en Majadahonda. Su vehículo se empotró contra un árbol de una rotonda.

Otro vehículo quedó volcado en mitad de la calle. El exceso de velocidad le hizo perder el control del coche, que derribó dos palmeras y una farola; el hombre salió ileso.