La compañía de coches alemana Volkswagen se enfrenta a su peor crisis reconociendo que manipuló 11 millones de ejemplares para poder eludir los controles de contaminación. El presidente, Martin Winterkorn, ha querido expresar sus disculpas. "Siento profundamente que hayamos traicionado la confianza. Me disculpo con nuestros clientes, las autoridades y el público por nuestra mala praxis".
El principal jefe de Volkswagen, el ejecutivo mejor pagado de Alemania, no dimite. Tampoco su hombre en Estados Unidos, mucho más directo: "la hemos cagado".
El truco consistía en que, gracias a un dispositivo, el coche detectaba que estaba siendo sometido a una prueba y reducía las emisiones contaminantes. Pero cuando circula, el óxido de nitrógeno que emite ese mismo automóvil es hasta 40 veces el límite legal.
Ante el engaño, los gobiernos de Estados Unidos, Corea del Sur y Alemania han abierto investigaciones. Francia y Reino Unido han pedido que se inicie una investigación a escala europea. En España, el temor del Gobierno es que Volkswagen no invierta lo prometido. En mayo la compañía anunció que dedicaría 4.200 millones de euros hasta 2019 a sus instalaciones en nuestro país.
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