Casi 50 años (47 años) generando electricidad que ahora llegan a su fin. Endesa ha apagado definitivamentela central térmica de As Pontes, una de las señas de identidad de la industria gallega. La central va a ser desmantelada y en su lugar se construirá una planta de hidrógeno. Los trabajadores lo llaman el "último baile" y aseguran que es el "fin de una era".

La desconexión -para siempre- de la central térmica de As Pontes deja sin trabajadores a muchos trabajadores que llevan años trabajando ahí. Hablan del "fin de una era" porque muchos llevaban 15, 13 o 20 años en esta industria. Muchos, del centenar que quedan, están preocupados porque no saben qué va a ser de ellos ahora. "Iremos al paro", asegura uno de los empleados.

Un "futuro incierto" cuando termine su última jornada en la central térmica. Tras casi medio siglo, As Pones echa el cierre a su central con la quema de las últimas 15.000 toneladas de carbón. Se acaba una seña de identidad de la industria gallega que va a quedar en el recuerdo de tantas familias. "La mayor parte del pueblo tiene a alguien que trabajó allí", cuenta un vecino, y otro añade que "dependían, prácticamente, de la central económicamente".

Todo comenzó en 1976 cuando se pone en marcha oficialmente la planta térmica. Se abría 30 años después de que el dictador Francisco Franco, en blanco y, sobre todo, en negro como el carbón, inaugurara la mina (1949). Las cosas cambian y el futuro verde y menos contaminante avanza. En 2019, se pidió el cierre, aunque antes de eso, el principio del fin, fue en 2008 cuando As Pontes dijo adiós a su mina.

Aquella herida, un socavón enorme, ahora es el lago artificial más grande de nuestro país. Le toca ahora al gigante. El baile de la central se ha terminado y solo falta certificar su cierre en breve para el fundido a negro oficial.