La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, cree que las fugas de gas detectadas en aguas del Báltico procedentes de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 son una "señal clara de cómo (Vladimir) Putin juega a la provocación permanente".
Con la mente en el encuentro extraordinario con sus colegas europeos, la vicepresidenta tercera del Gobierno adopta un tono serio cuando se le pregunta acerca de las tres fugas registradas en el Nord Stream -más una cuarta anunciada este jueves-, un percance que la propiaUnión Europea y la OTAN ya se han apresurado a calificar como "acto intencionado".
"Me parece que es obvio a estas alturas que es imposible que se produzcan tres roturas de estas características en dos gasoductos submarinos si no hay una operación de sabotaje detrás", dice Ribera, que lo ve como una "señal clara de cómo Putin juega a la provocación permanente".
En este sentido, recuerda algunas decisiones "claramente provocadoras" del Kremlin, como "jugar con la amenaza de la central nuclear de Zaporiya o la de quemar el gas en el punto de entrada de los gasoductos desde Rusia".
"Las medidas españolas han acallado muchas tonterías"
La vicepresidenta tercera celebra que Bruselas estudie generalizar medidas energéticas lideradas por España, algo que "ha acallado muchas tonterías" derivadas del "cortoplacismo" de la vida pública", y ha defendido que a las energéticas no les ha de interesar "destruir su respetabilidad".
"Ha habido mucha reacción más pasional que racional" entre las grandes empresas energéticas al saber que se iban a limitar sus beneficios extraordinarios obtenidos por el encarecimiento energético derivado de la invasión rusa de Ucrania, ha explicado la ministra.
Ribera ha defendido que, en cualquier caso, es "bastante incuestionable" que si uno preveía ganar 100 y resulta que al final va a ganar 1.000, se le pueda pedir que se quede en sólo 250.
Y es que "a nadie le viene bien destruir la base de sus clientes, ni la base de respetabilidad que necesita para poder seguir siendo un actor social tan importante" como lo es una gran empresa de suministro energético, argumenta la ministra.
Ello explica que la Comisión Europea ya esté estudiando cómo limitar los llamados "beneficios caídos del cielo" logrados por las empresas gracias al precio disparado de la luz en el mercado mayorista, una medida que España anunció que haría antes de que Bruselas se pronunciara al respecto.
También se adelantó al pelear que se le permitiera crear una "excepción ibérica" junto a Portugal para limitar el precio del gas utilizado para generación eléctrica, algo que ahora muchos otros países piden que se generalice en Europa.
Todo esto "acalla muchas tonterías que hemos oído en el espacio público", guiadas "quizás por el cortoplacismo de la vida pública cotidiana" y que "contribuyen más a la desinformación y a la irritación, que a la búsqueda de soluciones", afirma Ribera.
"No será posible volver al precio del gas de 20 o 30 euros"
La vicepresidenta tercera entiende que el tope al gas "es una cuestión que requiere de una conversación diplomática previa", explicar por qué consideran "que es importante dar una señal de estabilidad en torno a los precios".
"El mensaje es claro: no será posible hacer volver el precio del gas al nivel que ha estado durante muchísimos años, en torno a 20 ó 30 euros el megavatio hora (MWh), pero debemos dejar claro que el margen de mejora de precios es notable, que no estamos dispuestos a pagarlo a 200 y 300 (euros) como está ocurriendo", añade.
Precisamente España está entre los quince países -que representan a más del 64 % de la población de la Unión- que esta semana han enviado una carta a la Comisión Europea para poner sobre la mesa "cuanto antes" una propuesta que limite el precio a todas las importaciones de gas natural.
Sobre el MidCat: una infraestructura de "futuro"
Entre los firmantes de la misiva también se encuentra Francia, tras haber relajado su posición inicial, pero ¿cambiará finalmente su parecer acerca de una nueva interconexión con España?
"Dicen que no ven que se pueda hacer, que puede haber dificultades técnicas, de plazo y económicas. Le hemos planteado que en el grupo de alto nivel que analiza las interconexiones, donde están sentados los reguladores, los Gobiernos y los transportistas del sistema, se analice qué es lo que se puede hacer con vistas al otoño/invierno de 2023/2024", anuncia Ribera.
La ministra recalca que la idea no es "construir un gasoducto de vida corta, sino algo que esté pensado para el futuro".
"Si íbamos a construir una infraestructura para el transporte de hidrógeno, nos tenemos que plantear si podemos anticipar su disponibilidad para llevar temporalmente gas natural en los próximos inviernos, no en éste", aclara.