Este abril sube la factura de la luz debido a que acaba la suspensión del impuesto de generación eléctrica que aprobó el gobierno hace seis meses para intentar abaratar la luz. Ahora vuelve a cobrárselo a las compañías para generar ingresos y las eléctricas, a su vez, lo repercuten en el consumidor.

A pesar de ello, las compañías eléctricas se opusieron siempre a este impuesto, que el Tribunal Constitucional concluyó en julio de 2018 que no vulneraba ningún precepto constitucional.

Si desglosamos la factura de la luz, solo el 40% es el precio real de la electricidad; otro 40% está destinado a pagar los costes de transporte y comercializadoras, y un 20% restante se destina a impuestos.

Sin embargo, también se pueden llevar a cabo alternativas para pagar menos, como contratar menor potencia, utilizar tarifas con discriminación horaria o apuntarse a compras colectivas; distintas fórmulas que nos ayudan a que no se note esta subida en la próxima factura.