2023 arranca con los precios de la vivienda al alza, tras un 2022 que "termina con un incremento", según confirma el economista Alejandro Inurrieta. De acuerdo con Idealista, en el último año los precios han crecido un 5%. Una cifra que, a falta de conocer los datos oficiales del INE, confirma la tendencia que ya se apuntaba en los trimestres anteriores.
Francisco Iñareta, portavoz del portal inmobiliario, explica que "2022 ha sido un buen año para el mercado de compraventa de viviendas", que termina "por encima de las 600.000 viviendas vendidas".
En concreto, la vivienda es más cara en 15 comunidades autónomas, mientras que solo cinco capitales de provincia han visto caer los precios este año. Sin embargo, Inurrieta avanza que "en 2023 hay sombras que pueden hacer que el mercado modifique su tendencia" y advierte de que "los grandes efectos de la subida de tipos los vamos a ver a lo largo del año 23".
¿Y el alquiler?
Pero, ¿y qué pasa con el alquiler? Según Idealista, los precios han crecido más de 8% en el último año, con Barcelona, Alicante, Valencia y Málaga liderando las subidas.
Ello, a pesar de que el mercado del alquiler ha estado marcado este último año por el límite en la subida de los precios, ya los vinculados al IPC no han podido subir más de un 2%. "Si no hubiera existido un tope, los precios se hubieran ido infinitamente más. Eso está claro", asevera Inurrieta.
En este sentido, Carme Arcarazo, portavoz del Sindicato de Inquilinos, apunta que, sin ese tope, las familias tendrían que haber asumido de media "100 euros más de alquiler cada mes". Por eso, insisten en que es imprescindible que antes de que finalice la prórroga de seis meses se legisle al respecto: "Lo que no puede pasar es que en seis meses caigan estas prórrogas y no tengamos una Ley de Vivienda, sería un desastre absoluto", sostiene.
Vivienda en España
Los desahucios invisibles o cómo el precio del alquiler dispara las mudanzas forzosas en los últimos cinco años
El dato Alrededor del 40% de los inquilinos han sufrido dos o más mudanzas en los últimos cinco años y tres de cada diez mudanzas son forzosas. En el caso de las familias con menores a cargo la situación de vulnerabilidad es aún mayor.