Es martes y eso en la agenda del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, implica una cita con el Consejo de Ministros. Sin embargo, la reunión de esta semana será algo atípica al no encontrarse con su gabinete, sino con el Ejecutivo del canciller alemán Olaf Scholz, que ha invitado al mandatario español a un encuentro de estrategia con sus ministros y con representantes de la industria y compañías energéticas alemanas. Encima de la mesa, dos asuntos: el MidCat y lareforma del mercado eléctrico.

La invitación de Scholz -que lidera una coalición 'semáforo' de socialdemócratas, liberales y verdes- no es baladí. El jefe del Gobierno alemán ve en España una posible tabla de salvación para solventar la excesiva dependencia que tiene su país de la energía rusa, principal exportador, y considera que un gasoducto que refuerce la conexión de la infraestructura regasificadora ibérica con el resto de Europa puede ser clave para olvidarse del combustible de Moscú. Desde que Scholz hiciera esta propuesta todas las miradas se dirigieron al MidCat, un proyecto de tubería que conectaría el norte de África con el resto del continente a través de Francia, pero cuyo proyecto se abandonó en 2019.

Hace solo tres años este conducto se consideró fuera de lugar, en un momento en el que la apuesta europea se alejaba de los combustibles fósiles en favor de las fuentes de energía renovable. Pero la invasión rusa de Ucrania ha sacudido el tablero y, con la posibilidad de convertirlo en un transporte de hidrógeno verde en el futuro, el MidCat tenía más papeletas de hacerse realidad, toda vez que gran parte de la infraestructura ya estaba construida. Hasta que se topó con la negativa francesa.

La visita de Sánchez a Meseberg, a unos 70 kilómetros de Berlín y cuyo castillo ha sido el emplazamiento elegido por Scholz para reunir a su gabinete, es un incremento de presión sobre el Elíseo y permite que ambos, que pertenecen a la familia socialdemócrata europea, creen un eje Madrid-Berlín para presionar en Bruselas.

Recado a Francia por el MidCat

En una rueda de prensa posterior a la reunión, tanto Scholz como Sánchez han insistido en la necesidad de "acelerar" las interconexiones eléctricas y gasísticas, aunque estas hayan de ser compatibles con la apuesta por el hidrógeno verde. El presidente del Gobierno ha destacado que los objetivos de mejorar la red española con la europea "no se han cumplido" y que ahora mismo las interconexiones están por debajo del 3%. "Muy lejos de los compromisos que asumimos", ha subrayado. Sánchez ha insistido en que si Francia no transige, será a través de Italia, ya que la mala conexión impide que las regasificadoras españolas trabajen a plena capacidad por tener un "cuello de botella": "Y eso es lo que tenemos que resolver, sea por Francia o por Italia".

"La Península Ibérica está dispuesta a aportar todas sus capacidades para ayudar a aquellos países que ahora mismo están sufriendo más la dependencia del gas ruso y del chantaje energético de Putin", ha subrayado junto al canciller.

El objetivo es compartido. "La gran tarea es la creación de una gran red europea que se aplique a la red eléctrica, futuras redes de hidrógeno y ahora al gas. Y, desde luego, queremos hacer lo posible para lograrlo", ha coincidido Scholz, que ha asegurado que España tiene su "apoyo total".

Reforma estructural del mercado

El momento es clave: ayer la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ya anunció una "intervención de emergencia" del mercado eléctrico, lo que se debatirá en una reunión urgente de ministros de Energía de los 27 la próxima semana.

A esta cita, el Ejecutivo va preparado: lleva meses liderando el debate sobre la reforma estructural del mercado europeo que permita, entre otras cosas, la modificación del sistema de fijación de precios. Esto es, desacoplar el precio del gas del de la electricidad para que el alto coste del combustible no contamine el de encender los interruptores. Fuentes de Moncloa se felicitaban en la tarde de ayer por el anuncio de la jefa del Ejecutivo comunitario, señalando que Sánchez "ya anunció el 29 de julio" que España presentaría una propuesta al respecto. El único lamento, en palabras de la vicepresidenta tercera Teresa Ribera: "Hemos perdido un año, pero bienvenidas sean las palabras de la presidenta de la Comisión", señaló anoche en TVE.

Ribera, en una intervención en Rac1, ha asegurado que nuestro país va a contribuir con la experiencia de la excepción ibérica -es decir, establecer un precio máximo para el gas que se utiliza para la producción de electricidad- para extenderla al resto de los 27: "Eso cambia de forma muy importante las reglas del mercado, pero supone un alivio muy relevante (...). Nuestra propuesta sería estudiar hasta qué punto esta medida que se ha demostrado eficaz pueda ser trasladable a otros estados miembros de la UE".

Sánchez llega a Alemania con la autoridad de tener los deberes hechos frente a una Europa en alerta por un posible corte del gas ruso. España está menos expuesta a un corte del suministro y, además, cuenta con un tercio de la capacidad regasificadora del continente. El Ejecutivo apuesta por convertir a la Península ibérica en un 'hub' que centralice el envío de este combustible, recogiendo el que llega del norte de África y remitiendo el gas natural licuado que recibe de metaneros tras haberlo procesado.

Pero lo que preocupa en todas las capitales europeas ahora mismo es el precio de la energía y su impacto en la inflación. Hoy mismo el precio de la luz en el mercado mayorista español, a pesar de la excepción ibérica, marca los 459,4 euros/MWh de media, el tercer precio más alto de la serie histórica. Sánchez y Scholz abordarán posibles medidas para acotar su impacto sobre el bolsillo de los consumidores e intentar evitar una posible recesión, cuyos primeros efectos ya empiezan a notarse en la economía germana.

A la espera del ahorro energético

Además, el plan de ahorro energético presentado por el Ejecutivo ha sido valorado por los socios, muchos de los cuales -incluida Alemania- han copiado las medidas presentadas por la coalición española, como limitar los aires acondicionados y poner topes a la calefacción.

En España, la visita de Sánchez tiene una doble lectura. En clave internacional, sirve para reforzar el perfil del mandatario de cara a la segunda mitad de 2023, cuando nuestro país ostentará la presidencia rotatoria de la Unión Europea. En clave nacional, también permite reforzar los argumentos del Ejecutivo frente a la oposición, ya que el liderazgo de Sánchez en Europa se está haciendo notar frente a las críticas de la derecha, que lo ha tachado de "frívolo".