Renault ha presentado este viernes un plan de ajuste con el que pretende reducir en unos 2.150 millones de euros su estructura anual de costes y que supondrá la supresión de 15.000 empleos en el mundo, de los cuales 4.600 serán en Francia. Un plan de ahorro de costes que no contempla la reducción de su producción en sus fábricas españolas, situadas en Valladolid, Palencia y Sevilla, y tampoco el cierre de ninguna de sus plantas ubicas en territorio nacional.

Este recorte de personal que se llevará a cabo sin despidos, mediante jubilaciones anticipadas, voluntarias y negociadas con los respresentantes de los trabajadores. Un plan de resestructuración que se suma al anunciado por Nisssan, que en España va a cerrar sus plantas situadas en la Zona Franca llevándose por delante 3.000 empleos directos.

En España, la tres factorías de la marca francesa dan empleo a 14.000 personas, las situadas en Valladolid y Palencia se dedican a la producción de motores y vehículos mientras que su planta de Sevilla fabrica cajas de cambios.

Los sindicatos, satisfechos aunque preocupados

UGT ha señalado que la decisión que se ha tomado respecto a España es "fruto del trabajo bien hecho en los últimos años", en los que considera que se ha demostrado que los trabajadores de Renault en las plantas españolas están formados, fabrican "con calidad y en plazo" y las factorías "son competitivas" como consecuencia de los acuerdos que se han ido firmando en los últimos años.

El compromiso, ha recalcado UGT, es "seguir el trabajo en la misma línea, para garantizar el futuro de las factorías de Renault España", pero han advertido de que aunque las plantas "tienen futuro", el "contexto de crisis mundial que acecha" impide "estar tranquilos a largo plazo".

Por eso ha realizado un llamamiento a los políticos del país: "La crisis que está viviendo el sector del auto, con los centros de decisión fuera de España, amenaza con llevarse por delante miles de puestos de trabajo, por lo que urge que se pongan encima de la mesa por parte de las administraciones, las medidas necesarias para garantizar que no se pierda capacidad productiva en un sector que supone más del 10% del PIB".

Esa, recalcan, será "la única manera de que no tengamos que volver a lamentar cierres de empresas". Por su parte, CC.OO. Castilla y León ha señalado en un comunicado que aunque las cuatro plantas que Renault tiene en estos momentos en España van a continuar con sus producciones, "la preocupación es la palabra que mejor define el estado de ánimo en CC.OO." tras conocer el resultado de la presentación del plan de reorganización de la multinacional automovilística francesa Renault a nivel mundial.

El grupo automovilístico francés insistió en un comunicado en que esa reducción de efectivos, que afectará al 8% de su plantilla global, se escalonará en los tres años de puesta en marcha completa del plan y la hará con "un diálogo ejemplar" con los representantes de los trabajadores y con las autoridades locales en cada país.

En concreto, aplicará "medidas de reconversión, de movilidad interna y de salidas voluntarias". El recorte anunciado deja de lado la cuestión de en qué medida seguirá recurriendo o no a interinos y trabajadores con contratos temporales.

Este plan, que en parte responde al hundimiento del mercado automovilístico por la crisis del coronavirus, tiene su origen en los malos resultados del grupo del rombo en 2019, cuando por primera vez en diez años tuvo que encajar pérdidas, en concreto 141 millones de euros.

Renault reducirá sus capacidades de producción de cuatro millones de vehículos en 2019 a 3,3 millones en el horizonte de 2024.

Las plantas, se mantienen

De entrada, suspende los proyectos que tenía para incrementar sus capacidades de fabricación en Marruecos y Rumanía, ajustará las de Rusia y procederá a una "racionalización" de sus plantas de cambios de velocidades en el mundo, aunque no cerrará ninguna de ellas.

En Francia, aunque tampoco habrá cierre de factorías de forma inmediata, la compañía estudia el futuro de varias de ellas, para lo cual maneja cuatro hipótesis de trabajo que van a ser sometidas a un proceso de concertación con la representación sindical y con las autoridades.

Renault no quiso precisar en qué medida afectará a los otros países donde tiene actividad el recorte de plantilla de 10.000 empleados, que vinculó con las tres líneas de acción del programa de ajuste de los costes fijos.

La primera, con un objetivo de 800 millones de euros, es la mejora de la eficacia en ingeniería, que pasa por una racionalización en la concepción de vehículos (con la reducción de componentes o una mayor estandarización) y por localizar las "tecnologías estratégicas con gran valor añadido" en sus centros de la región de París.

La segunda, con 650 millones de euros, es la optimización de su aparato industrial; y la tercera, con 700 millones, afecta a los gastos generales y de mercadotecnia, que deberán disminuir entre otras cosas con un mayor recurso a herramientas digitales.

Renault estima que aplicar su plan de ajuste le costará unos 1.200 millones de euros. El presidente del consejo de Renault, Jean-Dominique Senard, ha asegurado que todas estas evoluciones "son fundamentales" para garantizar el futuro de la empresa y "su desarrollo a largo plazo". En la misma línea, la directora general interina, Clotilde Delbos, ha exlicado que con los ahorros esperados se pretende "restablecer nuestra rentabilidad global y asegurar nuestro desarrollo en Francia e internacional".