El beneficio bruto de explotación (ebitda) ascendió a 1.519,5 millones de euros, un 2,3 % más que el obtenido en 2016, mientras que la cifra de negocio fue de 1.941,16 millones de euros, un 0,5 % más.

En cuanto a los ingresos, los relativos a la operación del sistema fueron de 56 millones de euros, mientras que los de prestación de servicios de telecomunicaciones alcanzaron los 86,5 millones y los derivados de la actividad de transporte en el exterior 19,6 millones de euros.

Las inversiones del grupo Red Eléctrica alcanzaron los 510,2 millones de euros, de los que 411,8 millones se destinaron al desarrollo de la red de transporte nacional, y crecieron un 3,3 % con respecto al ejercicio precedente.

Los costes de aprovisionamientos y otros gastos de explotación ascendieron a 369,18 millones, un 1,8 % más que en 2016, debido principalmente a la inclusión en esta partida de la inversión realizada en los proyectos de construcción en Perú en aplicación de la norma contable para concesionarias IFRIC 12 y los gastos asociados a siniestros.

Según REE, si se elimina esa partida, los costes habrían caído alrededor de un 3 % respecto a 2106.

Los gastos de personal aumentaron un 2,4 %, hasta los 148,7 millones de euros, incremento del que más de la mitad se debe a la evolución de los sueldos y salarios por el aumento de la plantilla, mientras que el resto obedece a mayores cargas sociales y otros gastos.

La plantilla final de REE al finalizar 2017 era de 1.815 personas y la media que hubo durante 2017 se situó en 1.801 empleados, un 2 % más que en 2016.

La deuda financiera neta, que disminuyó en 142,1 millones de euros a lo largo del pasado año, ascendió a 4.791,8 millones de euros.

REE ha anunciado también que su consejo de administración ha acordado proponer a la junta general de accionistas un dividendo por acción de 0,9188 euros (un 7 % más que lo pagado en 2016) con cargo a los resultados de 2017, importe del que hay que detraer los 0,2549 euros por título pagados a cuenta el pasado 5 de enero.