Los próximos meses serán clave para que el aterrizaje de la empresa saudí STC Group sea pleno en Telefónica, del 9,9%, como las compras que han diseñado y ejecutado durante el último año y medio. Durante este tiempo el gobierno tiene el dedo sobre el botón rojo, que anularía un 5% de esa compra, pero Arabia Saudí, con su poder comercial e inversor, tiene bazas para intentar atarle las manos al ejecutivo de Sánchez, y no sería la primera vez que las usaría.

Telefónica es una empresa importante en España, encargada de parte de la modernización de la red de buena parte del territorio, con acceso a nuestros datos y con contratos en Defensa, por eso el 'escudo antiopas' no permite adquirir más de un 5% de su accionariado a ningún inversor extranjero sin la autorización del Gobierno. Pero el ejecutivo podría reducir una presión saudí extra, que podría poner medio contratos industriales, inversiones inmobiliarias y la seguridad energética de España.

Emilio González, profesor de economía internacional de la Universidad de Comillas, asegura que si el gobierno termina oponiéndose "podemos acabar en un conflicto internacional en términos económicos" y apunta que "España tendría mucho más que perder que Arabia Saudi". Además González cree que esa acción tendría una reacción directa, algo con lo que los saudíes ya han advertido en el pasado.

El precedente Navantia

En 2018 saltó la polémica tras el uso de bombas de racimo y munición ilegal en la guerra de Yemen por parte de Arabia Saudí. Entonces, el gobierno amagó con dejar de vender armas al país árabe, con la propia ministra de Defensa, Margarita Robles fijando posición: "nos oponemos a la venta de armas a cualquier país que pueda utilizarlo para vulnerar los derechos humanos".

La sangre no llegó al río porque los saudíes amenazaron con romper un contrato con Navantia para la construcción de cinco buques de guerra. Hoy, Navantia tiene otro contrato para la construcción de otros cinco buques que además todavía no está cerrado, y fuentes de la compañía a laSexta aseguran que estas negociaciones se pueden alargar más allá de 2023. Según las estimaciones de los dos gobiernos, de este contrato dependen 7.500 puestos de trabajo entre los dos países.

Otras relaciones económicas 'en riesgo'

La exportación clave de Arabia Saudí a España es el petróleo y sus productos derivados. Solo en crudo supone alrededor del 8% de nuestras importaciones, según los datos de Cores, una magnitud que ha crecido en importancia para nuestro país tras el veto al petróleo ruso en la Unión Europea. Mientras, los saudíes podrían recolocar esa oferta rápido "porque encontrarán muchos clientes que demanden petróleo, empezando por China", apunta González. El petróleo saudí es además barato de extraer, lo que lo hace muy competitivo en el mercado.

El resto de relaciones económicas significativas se definen por la actual inversión inmobiliaria saudí, en España, el millonario contrato de celebración de la Supercopa de España en Jeda hasta 2029, además de los diversos suministros que llegan a Arabia Saudí. Los más significativos son los ferroviarios, tras la construcción del AVE a la Meca, que posee sobre todo Ferrovial, pero también existe un volumen importante que sale de la industria militar y de la alimentaria.