Las cláusulas espejo han entrado esta semana en el debate político y este sábado Pedro Sánchez ha vuelto ha insistir en que el campo las "necesita". Sin embargo, no se trata de una reivindicación nueva entre los agricultores. "Esto es algo sencillo que llevamos años explicando y que no han entendido nunca los políticos europeos", afirma Miguel Padilla, secretario general de COAG.

En este sentido, el abogado Manuel Lamela explica que "básicamente es que las reglas del juego sean iguales para todos". "No tiene sentido que entren en nuestro mercado productos que se están haciendo de otra manera, utilizando sustancias que aquí no están permitidas", defiende al respecto Montse Cortiñas, vicesecretaria general de UPA.

Las cláusulas espejo ya se contemplan en el reglamento comunitario de 2002, que determina que los alimentos importados "deberán cumplir los requisitos de la legislación alimentaria" de la Unión Europea. "¿El marco jurídico lo tenemos? Sí. Decirlo es muy fácil, pero hacerlo es muy complicado, y verificar que se cumple es todavía más complicado", subraya Manuel Lamela.

La vicesecretaria general de UPA expresa al respecto que "cuesta mucho" que se cumplan y que, además, "enseguida aparecen las distintas realidades de la UE". "Somos un mercado único, pero hay muchos países europeos que necesitan la llegada de mucho producto", añade Montse Cortiña.

Estas cláusulas tienen muchos obstáculos que salvar: "Hay que hacer una política muy férrea de controles a nivel UE", defiende Lamela. Mientras se aplican, hay quienes proponen un etiquetado de los alimentos que refleje la manera en la que se han producido. "Se han hecho muchos intentos a lo largo de la historia del sector agroalimentario de etiquetado de productos bio, de productos eco…", subraya el abogado. Si algo saben los agricultores, es que la solución no será inmediata.