Este martes, Calviño daba el pistoletazo de salida: el acuerdo del Gobierno para la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) está más cerca que lejos. Eso sí, como explicaba la ministra de Economía, dicho aumento está supeditado a que la situación económica mantenga la positividad en sus datos.

Todo apunta a que el acuerdo será revisado en septiembre, como apuntaba ayer la ministra, marcando un punto de encuentro entre lo que pedían a un lado y otro del Ejecutivo: el PSOE se mostraba más partidario de aprobar la subida en 2022, mientras que la formación morada abogaba por hacer una implementación urgente.

¿Cuánto hay que subir el SMI? El centro del debate

A sabiendas de que "a la luz de cómo evolucione el mercado de trabajo" la "senda del aumento del salario" será retomada, como decía Calviño, ahora la clave se sitúa en las cantidades. En este sentido, los expertos consultados por el Gobierno ya dieron su veredicto. Concretamente, argumentan que debería elevarse el SMI en 19 euros en 2021, 40 euros en 2022 y otros 40 euros en 2023.

Es decir, el "mínimo" que debería subirse, como defendía la economista Inmaculada Cebrián, miembro del panel de expertos, concuerda con lo pactado en el acuerdo del Gobierno hasta el fin de la legislatura: 1.011 euros de salario mínimo en 2023 (un 6,4 % más que ahora y un 60% con respecto al salario medio). Aun así, la horquilla es amplia, ya que podría ascender hasta los 1.049 euros.

Ahora bien, como decíamos, un punto de desencuentro podrían haber sido los plazos. Según ha apuntado Calviño en una entrevista con RNE este miércoles, "hay que seguir en esa senda de aumento del SMI, pero con la seguridad de que no va a poner en riesgo la recuperación ni creación empleo".

Es decir, desde el PSOE priorizan el aumento de los puestos de trabajo antes de subir el salario mínimo que, según denuncian algunos empresarios, les perjudicaría. En cambio, desde UP reclaman "valentía" para afrontar este aumento. "Un Gobierno progresista debe mirar por los más débiles", aseguraba el pasado 5 de julio la ministra Yolanda Díaz en una entrevista con el mismo medio. Calviño se mantiene en defender la "prudencia".

Subida del SMI si se recuperan los niveles prepandemia

La vicepresidenta primera sostiene que "los datos del segundo trimestre están siendo muy positivos". Las altas en la Seguridad Social ya están subiendo a niveles propios de 2019, mientras el número de personas en ERTE se reduce. Por esta razón, Calviño ha abierto la puerta a finiquitar la subida: " Si seguimos con este ritmo tan intenso, recuperaremos nivel prepandemia en otoño. Y es en ese momento en el que podemos plantearnos continuar en la senda de mejora del SMI", apunta.

Así, la dirigente evita hablar de "pugna" y afirma que, en sus declaraciones públicas, "siempre" ha puesto de manifiesto su "compromiso con mejoras de condiciones". Pero, una vez más, insiste en "asegurarse de que las condiciones tienen los resultados deseados". "Que sigua la creación de empleo y mejorar la vida de ciudadanos", recalca la mandataria en RNE.

Irene Montero: "La subida del SMI garantiza empleos"

Una postura que no comparten desde la formación morada, ya que entienden que la subida del SMI no tiene por qué suponer un empeoramiento de la economía. Esto es lo que ha defendido también este martes la ministra Irene Montero, que en un acto subraya que "la subida del SMI siempre ha garantizado empleos".

"No solo se trata de cumplir con el acuerdo del Gobierno, sino que es sentido común. Se ha visto la vil mentira de quienes asustaban con que la subida del salario mínimo perjudicaba a la democracia", ha expuesto con rotundidad.

En este sentido, en otro acto conjunto con la ministra Teresa Ribera, Calviño ha garantizado que el Gobierno "está comprometido" con subir el SMI, y añade: "Lo ha hecho estos 3 años en un 30%. No son palabras, son acciones. Aumentar el empleo y el SMI son la combinación para reducir la desigualdad", sentencia.

La patronal, en desacuerdo: "No es el momento de subir el SMI"

Escasas horas después de que el Gobierno confirmara sus intenciones de subir el salario mínimo antes de final de año, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ya ha mostrado su desacuerdo con la medida.

En una entrevista con El Economista, el líder de la patronal defiende que "el salario mínimo afecta fundamentalmente al servicio doméstico" y que los convenios que se firman ya "están muy por encima del SMI". "Creo que no es el momento de subir el SMI, sino de recuperar el empleo y consolidarlo", recalca Garamendi.

En esta misma línea, la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), también de la patronal, ha asegurado que el sueldo más bajo que percibe cualquier trabajador del sector es actualmente de 17.400 euros anuales, es decir, unos 4.000 euros por encima del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) fijado en España.

Así, desde la CNC remarcan que, dentro de la propia construcción, se respetan las tablas salariales establecidas por los diferentes convenios provinciales. Un hecho que, a ojos de los empresarios, pondría de manifiesto "la efectividad y los resultados del diálogo social existente en el sector de la construcción".

Los sindicatos también meten presión

Tras estas declaraciones, se confirma una vez más el desencuentro entre empresarios y sindicatos. Por su parte, entidades como CCOO y UGT han convocado en las últimas semanas protestas pidiendo celeridad en los cambios en el salario mínimo y poniendo el foco en endurecer sus posturas si no había movimientos en el acuerdo. Ahora, con las pautas ya fijadas, solo queda, pasado el verano, la confirmación de cuánto se decide subir finalmente el SMI, así como la estrategia de plazos de cara al fin de la legislatura.