La subida de los tipos de interés desploma los prestamos hipotecarios, que han caído un 24%. Sin embargo, la compraventa de viviendas pagadas al contado ha aumentado.

Concha Pinazo, gerente de Concha Pinazo Inmobiliaria, lleva más de un mes enseñando un piso en Valencia de 100 metros cuadrados y tres habitaciones. En otro momento, asegura, la vivienda ya se habría vendido, pero la compraventa de viviendas en España ha caído más de un 11% en el último año y las inmobiliarias lo notan, "sobre todo, en gente que es la primera vez que va a comprar y en gente de nivel medio-bajo", tal y como señala Pinazo, quien indica que en la actualidad "se están vendiendo más viviendas de gama alta".

Pese a la caída del porcentaje de personas que piden hipotecas para financiar sus viviendas, ha aumentado el de quienes la pagan al contado. En este sentido, María Teresa Barea, portavoz del Consejo General del Notariado, explica que en esto "tiene mucho que ver el endurecimiento de las condiciones de los préstamos hipotecarios, que hace que, por un lado, algunas personas hayan dejado de tener acceso a la financiación y que, por otro lado, aquellos que pueden, procedan al pago al contado del precio de las compraventas".

Cuidado con fraccionar los pagos de la hipoteca en la tarjeta de crédito

De esta forma, empresas, fondos de inversión y grandes ahorradores son los que tienen más facilidades para acceder a una vivienda, mientras los menos afortunados, ahogados con la subida de tipos, buscan opciones para llegar a fin de mes. Una de las más peligrosas, y cada vez más frecuente, es fraccionar los pagos de la hipoteca en la tarjeta de crédito.

"Suele ser una muy mala solución que genera más problemas que beneficios. Te quita del problema ese mes, pero seguramente dentro de dos, tres o cuatro meses tengas un problema superior", advierte Antonio Luis Gallardo, responsable de estudios de ASUFIN.

Los expertos aseguran que esto puede ser una solución puntual, pero con muchos riesgos, ya que se pasa de una deuda con un tipo relativamente bajo a otra que puede cuadruplicar los impuestos. "Si nos parece cara una hipoteca al 4,5 imagínate entonces si lo metes en una tarjeta al 18%, o incluso a más del 20%", subraya Luis Gallardo.

La mejor opción en estos casos es hablar con el banco, renegociar la hipoteca y evitar sustos mayores.