El Gobierno lo ha fiado todo a la recuperación. Las encuestas evidenciaban que el maná no prometía réditos electorales, pero Moncloa no terminaba de creerlo.

Con los resultados en la mano, hay síntomas de que la medicina podría no estar funcionando: a más mejora económica, más castigo.

De poco le ha servido a Alberto Fabra ser el más rápido en la carrera del crecimiento. Su 3,4% se tradujo en 600.000 votos menos, perdiendo la Comunidad y alcaldías emblemáticas.

La misma medicina ha probado José Ramón Bauzá. Otro 3,4% crece Baleares, pero él pierde 15 escaños. En Madrid el PP puede retener el Gobierno, pero a pesar de crecer al 2,7%, los resultados son malos.

Algo en lo que coinciden los expertos: usar la mejora económica como paracaídas puede no ser una buena idea. Además de quitarle mérito al Gobierno, los votantes podrían estar castigando la precariedad que trae la recuperación Y a más mejora económica, más castigo a tenor de los datos, aunque Rajoy no pierde la esperanza.