En el yacimiento más antiguo de España sólo se mueven las nubes. Desde finales de enero los 52 pozos que había están parados.

"Se reventó la válvula de seguridad y subió el petróleo a 20 o 30 metros de altura. Aquí vinieron los americanos en busca de petróleo", cuenta Jesús Rodríguez, extrabajador Yacimiento Ayoluengo. Este hombre tenía 17 años cuando brotó el oro negro.

Sacaban 4.500 barriles diarios, era los años de la fiebre del crudo, después la producción bajó hasta ser mínima en los últimos tiempos.

"Es el 0,01% de la producción de un país entero. Sin embargo, para nosotros es el 95% de la actividad laboral de este pueblo", asegura Carlos Gallo, Alcalde Sargentes de la Lora.

Unas 15 familias se quedan sin trabajo tras este cierre obligado al haberse agotado los 50 años de concesión.

En los años 70 era constante en los páramos del municipio el ronroneo de los motores de los caballitos. Actualmente, con todos los pozos cerrados solo se escucha el silencio.

Misma calma en Sargentes, otro municipio, hasta 500 personas vivían aquí, hoy apenas hay 30 vecinos. De los cinco bares que había sólo queda el de Mariví.

"Si volviera a abrirse el petróleo y volvería a funcionar", señala Mariví Gallo, Propietaria Bar Oro Negro. Confían en que sólo sea un paréntesis, la empresa propietaria ha solicitado volver a extraer.

"Estaríamos próximos a duplicar los 40 puestos de trabajos directos e indirectos unos 360", calcula Celia Díaz, Abogada empresa propietaria del yacimiento.

En una zona rural en la que apuestan todo al negro.