De acuerdo con la institución, los efectos adversos se habrían concentrado especialmente en la Comunidad Autónoma catalana, pese a que el crecimiento durante el periodo octubre-diciembre habría mantenido un ritmo similar al del tercer trimestre del año.

Desde el punto de vista de los componentes de demanda, el impacto negativo de la incertidumbre se habría manifestado sobre todo en el gasto privado interno y en las exportaciones turísticas. En términos de empleo, esta variable creció un 3,2% en el cuarto trimestre, su mayor nivel desde el primer trimestre de 2016.

A medio plazo, el Banco de España espera una continuación de la fase expansiva, favorecida por los avances observados en el proceso de reconducción de los desequilibrios de la economía, si bien se prevé que el crecimiento del PIB pierda cierta intensidad en los próximos años. En concreto, estima un avance del PIB del 2,4% en 2018 y del 2,1% tanto en 2019 como en 2020.