Carlos es uno de tantos jóvenes que ha pasado el grueso de la epidemia en casa, pero no solo por el estado de alarma, sino porque la empresa para la que trabajaba no le ha llamado hasta esta primera semana de octubre.

En 2018, y con 21 años, empezó a trabajar de forma intermitente para una planta hortofrutícola de Alicante. Desde entonces ha estado encadenando contratos temporales. Una semana, un día… El periodo más largo no alcanzó el mes. A menudo le llamaban para incorporarse en el mismo día. Pero en todos estos meses no ha vuelto a sonar su teléfono.

España encadena su sexto mes consecutivo liderando el desempleo juvenil en Europa. No es que estuviera en una posición mucho mejor antes, ya que nos encontrábamos en segundo lugar, por detrás de Grecia. El problema es que la pandemia ha reventado la tendencia a la baja existente desde los cuatro años anteriores. En marzo se produjo el sorpasso al país Heleno y, desde entonces, la curva del paro en menores de 25 años ha subido de forma drástica hasta llegar al 43,9% de agosto.

El desempleo ha crecido por quinto mes consecutivo en la eurozona y la Unión Europea en el mes agosto, último dato que recoge la oficina de estadística Eurostat, pero este dato negro para la economía española es casi 2,5 veces superior a la media europea. En total, en España hay 555.000 jóvenes menores de 25 años sin trabajo y registrados como demandantes de empleo.

En solo seis meses, el desempleo juvenil en España ha retrocedido cuatro años, colocándose al mismo nivel de julio de 2016, como se puede ver en el siguiente gráfico. De hecho, el paro juvenil venía decreciendo progresivamente desde julio de 2013 hasta llegar a un mínimo el pasado mes de diciembre.

Aunque 2020 comenzó con un repunte de la tasa de paro, como es habitual en enero, dicho aumento fue leve comparando con lo que venía después: en marzo y abril fue del 7,6 y 10% respectivamente.

Ni siquiera el verano ha podido salvar los muebles de una generación marcada por la temporalidad y los contratos precarios, y en agosto el paro juvenil volvió a subir otro 5%. En total, la subida ha sido de 12 puntos, un 40% con respecto al dato de marzo.

"Antes del acuerdo de los ERTE, en los primeros días de la pandemia, pudimos ver que se despidió a muchos jóvenes con contratos temporales", explica Lola Santillana, secretaria de Empleo del sindicato Comisiones Obreras (CCOO). Estos jóvenes, apunta, "no entraron en los ERTE ni se les ha vuelto a contratar". Además, como hemos visto este verano, la crisis sanitaria ha hundido al sector del turismo y la hostelería, por lo que no tenido la oportunidad de incorporarse al mercado laboral en verano.

Estos jóvenes no entraron en los ERTE ni se les ha vuelto a contratar

Desde CCOO, y según las últimas reuniones mantenidas con el ministerio de Empleo, esperan sentarse de nuevo en los próximos días para diseñar un plan para las personas jóvenes "asociada a una inserción real en las empresas": "Queremos proponer medidas como la eliminación de las prácticas no laborales", explica Santillana, un tipo de prácticas que carecen de contrato y que en muchos casos no son retribuidas.

El ministerio de Yolanda Díaz dio buenas noticias con el dato de septiembre: el paro bajó en 26.329 personas, la mayor caída desde 1996, y hay 84.013 afiliados más en septiembre. El próximo plan para el empleo juvenil, que cubrirá el periodo 2021-2024, tiene por delante el reto de corregir lo antes posible la debacle provocada por el coronavirus, que ha engordado las listas del paro juvenil en 68.000 personas.