Cuando los precios energéticos empezaron a dispararse, el Gobierno aprobó un escudo anticrisis para amortiguar esas subidas, con ayudas importantes a la factura del gas y de la luz. Dos años más tarde, los precios se han moderado -aunque no son los que disfrutábamos en 2019- y las medidas que ahorran más de un 20% en la factura de la luz, e incluso más en la factura del gas, podrían decaer a final de año si no se prorrogan.

Actualmente, tenemos diversas rebajas en las facturas, en primer lugar de impuestos, dinero que Hacienda renunció a recaudar debido a los incrementos de precio de la energía; y en segundo lugar, subvenciones o medidas de contención del coste del producto en sí, como pasa en la electricidad con el tope del gas, llamado excepción ibérica, y en el gas con una tarifa regulada que subvenciona el coste del producto.

Ayudas en la factura eléctrica

El gas es el núcleo de todo. Hoy el coste de la electricidad sigue derivado, directa o indirectamente, de un mercado eléctrico mayorista que a su vez está condicionado por el precio del gas con el que se genera esa electricidad. Ese gas se ha abaratado tanto que no ha sido necesario que se active la excepción ibérica. Precios más bajos de la energía final, a lo que se han añadido el mantenimiento de las bajadas de impuestos en la factura que vamos a disfrutar, al menos, hasta está última factura de diciembre.

En nuestra factura doméstica de electricidad tenemos dos descuentos directos y otro indirecto. Los directos son el impuesto especial sobre la electricidad (IEE), que normalmente gravaba 5,113% del coste total de la energía y de la potencia contratada, pero que con la ayuda se ha reducido al 0,5%, una décima parte. La segunda rebaja directa es del IVA, del 21% al 5% en todos los componentes de la factura.

Ayudas en la factura del gas

El tercer descuento, que es indirecto, es la suspensión del impuesto sobre el valor de producción de la energía eléctrica (IVPEE). Este tributo grava con un 7% la generación eléctrica, pero no aparece en la factura porque lo pagan las compañías eléctricas al fisco, aunque inevitablemente después lo trasladan a la factura. Por lo que su suspensión, de alguna manera, también ha beneficiado al consumidor.

En el gas la única rebaja de impuestos es la del IVA, del 21% al 5%. Pero, por otro, lado ha disfrutado de una subvención directa en su tarifa regulada TUR (tarifa de último recurso), a la que se han podido acoger todos los hogares, y previsiblemente podrán seguir acogiéndose. Por otro lado, se creó una nueva TUR 4 para aquellos que tienen calefacción centralizada en su comunidad de vecinos. Esta tarifa especial sí que podría decaer a final de año.