Se vendieron como la gran revolución del arte digital, y a precio de oro. Los NFTs, u obras virtuales no fungibles, alcanzaron cifras millonarias. Quienes se jactaron de aprovechar esa burbuja hoy lamentan que ha pinchado, y que les ha echo perder millones de euros.
Consiguieron convencer a famosos y coleccionistas. Aunque los expertos ya avisaban que era una forma de especular y para ganar dinero fácil. Estas obras de arte irrumpieron en el mercado hace tres años. Sin un soporte físico y sin existir en el mundo real se convirtieron en la esperanza de los artistas digitales y en un lucrativo negocio para los especuladores, alcanzando cifras millonarias.
El artista Beeple ganó por un NFT un total de 61 millones de euros. Aunque el récord lo tiene otro. 82 millones por dos planetas, una cifra que llevó a muchos a pensar que se harían millonarios de la noche a la mañana.
Pero en menos de tres años su precio ha caído drásticamente y las ventas se desplomaron más del 50% en 2023. El ejemplo es este: el primer tuit de la historia se convirtió en un NFT por el que se llegaron a pagar 2,6 millones de euros. Su comprador pensaba sacar 45 millones pero solo le pagaron 250€.
Un futuro de alta volatilidad que se plantea complicado para los artistas digitales, quienes necesitan de soportes como estos desde los que exponer y vender sus obras. Y quién sabe si en el futuro podrá servir a un fin menos económico y mucho más artístico.
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