Moody's ha mantenido en un aprobado (Baa2) la nota de la deuda soberana española, si bien ha rebajado su perspectiva de positiva a estable, dado que "sea cual sea la composición" del próximo Gobierno ven improbable que se adopten nuevas reformas estructurales en los próximos tres o cuatro años.
"La fragmentación política que emergió de las elecciones del 20 de diciembre no conducirá a una renovada aceleración del 'momentum' de reformas en España", señala la agencia de calificación de riesgos.
Además hacen hincapié en que las mejoras legislativas de los últimos años han tenido un impacto menor de lo que anticipó Moody's cuando decidió poner en perspectiva positiva la nota española en 2014.