Montoro ya tiene a punto
su plan para recaudar más con el ambicioso objetivo de ingresar unos 8.000
millones de euros. "Las previsiones suelen pecar de ser excesivas", afirma Carlos
Cruzado, presidente de GESTHA.
La mayoría, unos 5.000
millones, saldrían de la eliminación de deducciones a las grandes empresas,
algo que no entienden los afectados. "Se tienen que añadir incentivos, no
quitarlos", afirma Bonet, presidente de la Cámara de Comercio.
Mucho menos, en torno a
los 500 millones, aportarán la subida de tabaco y alcohol, más el nuevo
impuesto a las bebidas azucaradas.
Hasta 1.500 millones aspira a conseguir el Ejecutivo luchando contra el fraude fiscal, con medidas como limitar el pago en efectivo a 1.000 euros, que los expertos cuestionan. "El que quiera pagar en negro va a seguir haciéndolo", explica José María Peláez, inspector de Hacienda.
También ponen cifras al
ahorro en gastos de la Administración. Son medidas con las que pretenden alcanzar el 3,1%
de déficit comprometido con Bruselas.