El Gobierno ha logrado que España pueda poner un límite al precio del gas que se utiliza para producir electricidad, un paso clave para poner freno a la escala del coste de la luz.

Junto con Portugal, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha acordado con Bruselas que el máximo que pueda costar el gas para generar electricidad sea de 40 euros/MWh de entrada, con un precio medio de 50 euros en los doce meses que dure la medida.

¿Qué supone esto? Significa prácticamente la mitad de lo que estaba costando su producción hasta ahora, con el precio alrededor de los 90 euros/MWH. Esto suponía encarecer el precio de la luz hasta cotas insospechadas, sobre todo desde el estallido de la guerra en Ucrania.

Según los cálculos del Gobierno, la excepción ibérica permitirá que el recibo sea un 30% más barato que hasta ahora. "Aquellas otras personas que no tengan una tarifa indexada al precio del mercado mayorista, tampoco pierden. Al revés, servirá para contener eventuales incrementos", aseguró la vicepresidenta Teresa Ribera en una entrevista en Al Rojo Vivo.

En esta línea, ha explicado que la factura "para un consumidor medio se verá reducida en un 30%" y que empezarán a notar el acuerdo "cuando les llegue el recibo" de la luz: "Queremos aprobarlo cuanto antes, en cuanto tengamos el 'ok' formal por parte de la Comisión Europea, si no hay sorpresa, la semana que viene. Empezaría a aplicarse casi de forma inmediata, por tanto en la factura del mes de mayo".

Ahora bien, ¿cómo saber si mi factura es regulada o, por el contrario, forma parte del mercado libre? No es una cuestión baladí: la diferencia entre ambas ha sido considerable, ya que las reguladas han estado sometidas a una mayor variabilidad por estar su precio directamente relacionado al del mercado diario de la luz.

La respuesta está en el recibo: ahí si indicará si el cliente paga el Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC) o si es una tarifa del mercado libre.

A falta de la letra pequeña del decreto, lo que está claro es que los clientes de la tarifa regulada serán los más beneficiados, puesto que sobre ellos ha recaído el peso de la mayor parte de la inflación. Sobre los de la tarifa libre, puede que se enfrenten a subidas del precio de lo que pagan.