Las condiciones laborales de los jóvenes son peores, no es una novedad ni tampoco una extrañeza, incluso se podría decir que es ley de vida. Comparado con los senior, estos ingresan menos, tienen menos estabilidad, sus horarios son peores y sus labores más desagradecidas. Pero la actual situación de estas personas no es peor, sino mala, abunda la precariedad, y una consecuencia de ello tiene que ver con bajas laborales: el 53 % de ellas las sufren trabajadores menores de 40 años.

Este dato se puede cruzar con que el 39,1% de las bajas totales afectan a empleados con menos de un año de antigüedad en sus puestos. Son datos del Observatorio de Contingencias Comunes de 2022 que elabora la mutua Asepeyo en relación con las contingencias comunes, es decir, bajas médicas que no son consideradas enfermedades profesionales.

Si observamos las franjas de edad que nos facilita el informe, el más numeroso en cuanto es el de 31 a 40 años con un 26,8 % de las bajas laborales totales. Si se suma a ellos las franjas de 23 a 30 años (19,7 %) y de 16 a 22 años (6,5 %) sumamos más de la mitad del total, cuando no representan ni de lejos la mitad de los trabajadores ocupados (son el 35,8% los trabajadores hasta 39 años, según la EPA del primer trimestre del año).

Estas cifras, según Eduardo Magaldi, portavoz de RUGE (las juventudes de UGT), obedece "a la precariedad que padecen" los jóvenes, ya que, según detalla, "por ejemplo asumen cargas en exceso, y realizan más tareas extraordinarias", lo que produce "mayores accidentes laborales y trastornos musculoesqueléticos". Los autores del estudio añaden más, Constantino Perea, director territorial centro de Asepeyo, y es que "la sobrecualificación de los jóvenes respecto a los trabajos que realizan" entienden que es uno de los principales factores que aumentan estos niveles de absentismo laboral justificado, ya que, según Perea, "tiene un impacto directo en la motivación y en el compromiso de los trabajadores".

Esta cifra de las bajas entre los trabajadores más jóvenes se puede cruzar con otro dato, que es que el 39,3 % de las bajas laborales totales las sufren personas que llevan menos de un año trabajando en la empresa. Estos nuevos empleados, según Jaume Mayor, Secretario de Acción Sindical y Salud Laboral de CC. OO. en la Comunidad Valenciana, "asumen las labores en peores condiciones" lo que explicaría, según apunta, "parte de estas bajas por enfermedad común, pero también de accidentes laborales".

La salud mental copa las bajas por enfermedad común

La salud mental es el problema de salud que más visibilidad está teniendo en los últimos años, y tampoco es para menos porque, según el informe de Asepeyo, estas patologías psiquiátricas son el 11,2 % del total de bajas.

"El sufrimiento que hemos tenido con la pandemia ha destapado toda la patología mental que ya estaba infradotada en cuanto a medios" explica Juan Gil, del sindicato médico CESM-CV. Mayor añade que no es extraño porque "en el cuadro de enfermedades profesionales no existe ninguna vinculada con salud mental", es decir, que todos estos problemas se consideran enfermedades comunes "desvinculándolas del origen laboral que posiblemente tenga" añade.

Más bajas que hace un año, pero duran menos

En general estas bajas laborales han aumentado, si las miramos en general, la media mensual se ha incrementado un 34,6 % con respecto a 2021, porcentualmente más que el empleo que se ha creado, pero si lo ajustamos proporcionalmente a los trabajadores en activo, actualmente hay 32,6 bajas por cada 1.000 trabajadores, lo que es un incremento anual mucho menor, del 7,6 %.

Sin embargo la duración de la baja media ha caído en picado, un 20,4 %, lo que significa que hay más pero son más breves. Esto puede estar relacionado con el aumento de enfermedades leves, como gripes, y a la mayor conciencia que hay tras haber pasado una pandemia, como explica Gil: "antes con la gripe la gente iba a trabajar", pero que aunque decidieran quedarse en casa "no se tomaban medidas para evitar el contacto".

Otro aspecto relevante sobre las bajas laborales es que la gran mayoría de trabajadores no han necesitado ninguna en todo un año, esto es el 72 % del total. Sin embargo, tres de cada cien trabajadores son los autores del 26% de las bajas totales, con más de tres incidencias tramitadas de este tipo. Según Perea es un dato preocupante que atañe a dos grandes grupos: los que están recibiendo un tratamiento por una dolencia grave "que hacen un esfuerzo por intentar incorporarse"; y después un grupo mayoritario que padecen sucesivas bajas de corta duración por enfermedades leves, "más de cinco bajas con periodos de uno, dos o tres días de duración" al año añade Perea, que cree que esta relacionado también con "la falta de compromiso o motivación del trabajador".