Madrid escala cinco posiciones hasta situarse como la cuarta ciudad del mundo más atractiva para la ricos a la hora de comprar una casa. Inmuebles con espacios reformados, materiales cuidados al detalle y ubicaciones privilegiadas que en muchas ocasiones son simplemente para pasar unos días en vacaciones o en estancias cortas.

Hablamos de precios desorbitados, inalcanzables para la inmensa mayoría, pero más bajos que en otras grandes urbes. Precisamente, esa es unas de las claves que han hecho de Madrid un sitio en el que las grandes fortunas ponen sus ojos como ciudad refugio para sus inversiones.

Para que se hagan una idea, el metro cuadrado premium subió entre un 9% y un 13%; situándose, por ejemplo, en el barrio de Salamanca en los 13.500 euros. Esta competencia hace que la gente con menos recursos se vea desplazada a lugares más alejados del centro al no poder competir con esos presupuestos. La compraventa de vivienda en Madrid aumentó un 25%.