El precio de la electricidad en el mercado mayorista (pool) se ha vuelto a desplomar este lunes, concretamente un 49 %, hasta situarse en 96,08 euros el megavatio hora (MWh), casi 95 euros menos que ayer, en el que será su precio más bajo desde el pasado 1 de noviembre.

Tras este descenso, el cuarto consecutivo, el precio de la luz será un 71 % más barato que el lunes pasado, aunque casi cuadriplica el valor que marcó el pool hace justo un año (26,51 euros).

Así, la electricidad marcará este lunes su precio más bajo desde el pasado 1 de noviembre, cuando alcanzó los 91,2 euros/MWh.

Además, se sitúa también por debajo de los 200 euros/MWh por segundo día consecutivo, un valor que se alcanzó en casi el 70 % de los días de octubre, en el 45 % de los días de noviembre y en el 90 % de los de diciembre.

Por franjas horarias, el precio máximo para hoy se registrará entre las 18:00 y las 19:00 con 207,10 euros/MWh, mientras que el mínimo será de 2,67 euros/MWh entre las 2:00 y las 6:00 de la mañana.

En lo que va de mes, el precio medio de la electricidad se sitúa en 251,38 euros/MWh, un 30 % más que la media registrada durante el mes de noviembre (193,43 euros/MWh), y un 26 % por encima de la de octubre (200,06 euros/MWh), el mes más caro hasta la fecha.

De mantenerse los valores actuales de diciembre, 2021 cerrará con un precio medio por encima de los 110 euros/MWh, más del triple que el año pasado, el más barato en los últimos 17 años gracias a la caída de la demanda y de los precios que provocó la pandemia.

Los precios del mercado mayorista repercuten directamente en la tarifa regulada o PVPC, a la que están acogidos casi 11 millones de consumidores en España, y sirve de referencia para los otros 17 millones que contratan su suministro en el mercado libre.

Para amortiguar el impacto que el encarecimiento de la electricidad está teniendo en los consumidores, el Gobierno aprobó recientemente la prórroga de la rebaja fiscal sobre los impuestos que gravan el recibo de la luz durante el primer cuatrimestre de 2022.

La escalada de precios que afecta a gran parte de Europa se debe, entre otros factores, al encarecimiento del gas en los mercados internacionales, que se emplea en las centrales de ciclo combinado y que marcan el precio del mercado en la mayoría de las horas, y al aumento del valor de los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2).