Junior Almazán y su familia compraron una atracción justo antes de que comenzara el estado de alarma por el coronavirus. "Una atracción de este tipo nueva cuesta unos 400.000 euros", explica.
Por ahora, ellos la tienen apagada. Ellos, como a los más de 30.000 feriantes en España, según las asociaciones, no tienen fecha para volver a montar.
"Hemos pedido dos préstamos ICO"
"Nosotros hemos pedido dos préstamos ICO para poder seguir hacia adelante, nos hemos endeudado para poder seguir pagando", cuenta.
Su familia se mantiene con un pequeño parque de atracciones en Gandía. Tratan de demostrar que con medidas como reducción de aforos, señalización de distancias e higiene en las atracciones sí que podrían sobrevivir los feriantes.
Lo mismo piensa Víctor Martín. Él, más allá de sus atracciones no tiene ninguna alternativa laboral. Un problema para él y para su familia, con una nueva boca que alimentar.
"La solución sería dejarnos trabajar, con las mismas medidas de seguridad de los bares, los parques de atracciones, los centros comerciales...", destaca.
"¿Cómo se puede pagar algo si no se recauda?"
También precisan ayudas los que sirven comida en las ferias. Agustín tiene todo su mesón desmontado en un parcela. Asegura que está arruinado y asfixiado con las deudas. "¿Cómo se puede pagar algo si no se recauda? No lo entiendo, estamos parados totalmente sin un euro", lamenta.
Feriantes de toda España se han manifestado en Madrid y Barcelona, para denunciar su situación. También tienen el apoyo de muchas conocidas. "No hay pueblo sin fiesta, no hay fiesta sin feria y en la feria esas personas que trabajan los feriantes, un gremio que también ha sido sacudido por este problema del virus", destaca Miguel Ángel Rodríguez, 'El Sevilla'.
"Todo nuestro apoyo y cariño porque, ¿en qué feria y en qué verbena no ha sonado Camela?", afirma Dionisio 'Dioni'.
La feria, en definitiva, es todo eso: una cultura popular que muchos no quieren perder.
Buen rumbo
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En perspectiva Este sólido ránking del prestigioso semanario británico se basa en cinco indicadores para situar a España a la cabeza de 37 países. Son el crecimiento del PIB, la inflación, los retornos bursátiles, la reducción del desempleo y el balance fiscal.