El Gobierno lo tiene claro: "El diésel tiene los días contados". Así lo advertía Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, una advertencia que sigue la línea de las principales ciudades europeas que han aprobado nuevos protocolos de contaminación para restringir la utilización de los vehículos diésel.

La medida reduciría el óxido de nitrógeno, pero los concesionarios temen importantes pérdidas por el fin de estos carburantes. Para deshacerse del stock de estos vehículos, ya han empezado a reducir sus precios: "Sobre todo con el diésel hay mucho miedo por el tema de los impuestos y la subida que va a haber en los combustibles. En un principio, se hará una rebaja de precios. Imagino un 10 un 15% fácil", asegura Juan Antonio Horcajada, responsable mecánico de' Automóviles Hermanos Arellano'.

Los fabricantes han mejorado sus motores diésel para reducir los gases contaminantes. Así, las medidas adoptadas no afectarán de forma drástica a los que se han comprado este tipo de coche en los últimos años: "Hay muchos motores diésel que funcionan muy bien y que a mucha gente le puede seguir mereciendo la pena por los kilómetros que hacen aunque el precio subiera. Pueden emitir mucho menos que un diésel antiguo y que un gasolina antiguo" explica Rodrigo Fersainz, redactor jefe de reportajes de 'Autobild'

Hasta ahora, el diésel era más barato que la gasolina por emanar menos dióxido de carbono. La subida de impuestos del nuevo Gobierno equilibra la balanza de precios. A los que quieran comprar uno de estos coches a partir de ahora, no les saldrá tan rentable como antes.

"No creo que estemos ante el fin porque es un combustible que se utiliza por ejemplo en el transporte de mercancías, pero sí que deberíamos estar ante el fin de los privilegios del diésel", asegura Paco Segura, coordinador de 'Ecologistas en Acción'. Los expertos coinciden en algo: lo mejor a la hora de elegir un coche sigue siendo informarse bien y echar números.