La inflación se dispara, con un IPC de mayo situado en el 8,7%, y el alza de precios afecta a bolsillo de los españoles a la hora de llenar la cesta de la compra. Los alimentos son hoy un 11% más caros que hace un año.

Esta situación perjudica especialmente a las familias sin recursos, cuyo presupuesto se destina mayoritariamente a comer, y con la fruta y los productos frescos por las nubes, hacen auténticos malabares para llegar a fin de mes.

Son muchos los que como Lucy ya no pueden llenar el carro en el mercado igual que lo hacía antes. Ahora, cuenta a laSexta, solo compra lo que vaya a utilizar, y si es muy caro prefiere no comprarlo.

Cada vez hay más como ella, y lo notan hasta los propios tenderos que ven las caras perplejas de sus clientes cuando ven los precios que han alcanzado algunos productos. Aseguran que muchos se llevan solo lo que hay de temporada, que es más barato, y mucha menos cantidad.

Los alimentos están subiendo mucho más que el IPC general. En concreto un 11, 2 puntos y medio más. En los últimos meses, se dispara el pan, un 12,6%; los lácteos, más de un 14%; la fruta, un 8,7%, los huevos un 25%; y lo último, el cerdo, más de un 7%.

Los que pueden permitirse la subida gastan muchísimo más del doble en alimentación, pero los hogares mas humildes lo tienen peor, porque su esfuerzo es mayor. Así lo ha reconocido el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien ha apuntado que "desgraciadamente ahora con la inflación y el aumento del coste de la vida" estamos viendo cómo merma la capacidad adquisitiva de muchísimas familias, sobre todo de las más vulnerables.

Los últimos datos del INE reflejan que los que menos gastan, invierten un 22% en la cesta de la compra, mientras que los que más pueden gastar, destinan prácticamente la mitad, un 12%. Para ellos la alimentación se convierte en un impuesto que solo pueden sortear con sustitutivos o reducir aún más su gasto en ocio y turismo, a lo que dedican, según la estadística, tan solo, un 5%.