Los casi 2.000 trabajadores de Lugo han ganado la batalla este lunes después de haber pasado cuatro meses con las fregonas en alto. La lucha tenía un objetivo y era el de cobrar al menos, el salario mínimo.

Chus Antas, una de ellas, cuenta ante los micrófonos de laSexta que hasta ahora su "salario base era de 700 y pico euros". Una cifra que al año resultaban poco más de 13.000 euros anuales y suponía una diferencia de 1.500 por debajo del salario mínimo, que actualmente se sitúa en 15.876 euros repartidos en 14 pagas.

"Nosotras solas con nuestro salario no podíamos afrontar unos gastos de una hipoteca, ni de un alquiler", explica Ana Penas, otra de las trabajadoras.

Con una subida salarial de un 18% hasta 2026, son más de1800 trabajadores lucenses los que hoy pueden gritar "lo conseguimos". Un 98% de ellos son mujeres. "Somos unas auténticas luchadoras", afirma con orgullo Isabel Seco, también trabajadora de limpieza.

Con la meta cumplida y con la mayor subida de salario en el país en un sector tan precarizado, ahora ya retiran las pancartas de protesta que guardaban en la caravana. El vehículo, aparcado delante de la sede lucense de la Xunta, se ha convertido en el símbolo de su lucha.

Durante estos cuatro meses de lucha han estado sin cobrar, pero al menos, han conseguido que les vayan a pagar los atrasos acumulados desde 2022.

Además de la subida como tal, a partir de ahora este grupo de trabajadores cobrarán plus los festivos y domingos. Pero también se les abonarán "los pluses de nocturnidad", afirma Noelia Nogar, otra de las empleadas que este lunes celebran una victoria por la nunca tendrán que volver a luchar.

Y es que "garantizamos con una cláusula que ningún trabajador o ninguna trabajadora podrá percibir sus salarios por debajo del SMI", sentencia a Asunción Castiñeira, miembro del Consejo de la Confederación Intersindical Galega (CIGA).