El estrés en las empresas es demasiado habitual. Los reconocimientos médicos anuales controlan la salud física de los trabajadores, pero no existen protocolos para controlar las enfermedades mentales, como la depresión.

"Muchas veces son fenómenos que se deben a la enfermedad de forma directa, pero, en otros casos, también se debe a pérdida de rendimiento", afirma Jerónimo Saiz, jefe de psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal.

Le puede pasar a cualquiera y los síntomas son variados: el aumento de la fatiga, las alteraciones del sueño, el descontrol alimenticio, la pérdida de autoestima o el sentimiento de culpa. "Nadie estamos exentos de tener una contrariedad y, entonces, nuestro estado de ánimo se viene abajo", explica el director de Neurocavis, Fernando Sanjuán.

Este neurocirujano trata a sus pacientes con depresión resistente con un aparato de estimulación magnética transcraneal profunda. "Sí que es capaz de estimular circuitos emocionales que ayudan y colaboran contribuyendo a mejorar los síntomas", explica Sanjuán.

Una opción para reducir el estrés en el trabajo es el deporte. En Freeletics ofrecen a las empresas un entrenador personal virtual para sus empleados. El 50% del absentismo laboral en Europa se debe al estrés. El coste para las empresas es de 240.000 millones de euros, por lo que cuidando la salud de sus empleados se ahorrarían millones.