Estrella, que vive en la calle, se sienta en un banco, enciende un cigarrillo y mira pasear a la gente. La mujer, de 52 años, trabajó 17 años como peluquera y ahora se dedica a la limpieza.

La mujer cobra "500 euros", un salario insuficiente para poder mantener a sus tres hijos. "Mis hijas ya están en el instituto y, además, tengo los gastos de comida y ropa", cuenta.

La pobreza no es invisible, aunque muchos miren hacia otro lado, y acabar con el hambre es una de las prioridades del Gobierno: "Este ministerio va a establecer un ingreso mínimo vital que responderá a un concepto claro de inclusión", aseguró José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

Para un futuro inclusivo, Oxfam Intermón propone una renta contra la pobreza del 30% del salario medio que "estaría en torno a los 590 euros", una medida que podría ser una realidad de ajustar los impuestos sobre sociedades, patrimonio e IRPF.

"De los 27 países de la Unión Europea, somos el número 22 que menos reduce la pobreza por transferencias públicas", afirma Liliana Marcos, experta en políticas públicas y desigualdad de Oxfam Intermón.

Así, se tendería una mano, según explican, a cuatro millones de personas en España como Estrella. "No iría sobrada, pero sí me ayudaría", dice la mujer.

Philip Alston, relator especial de la ONU sobre extrema pobreza y Derechos Humanos, definió la situación como "alarmante", tras su visita a a los barrios más vulnerables de seis comunidades autónomas. "Muchas familias tienen el dilema entre prender la calefacción o comprar la comida", lamentó.

España es la cuarta economía de la Unión Europea. Sin embargo, las tasas de pobreza y desigualdad han aumentado y son de la mayores de nuestro entorno.