Cortan a filetes y colocan el pescado, pero, sobre todo, buscan una salida a la calle. "Me dedicaba al top manta, ahora quiero cambiar mi vida, sabes, tener un trabajo legal", explica Alasane, mantero que se forma como pescadero.
Con Joseve, la profesora, diez manteros aprenden el oficio de pescadero y ponen todo su empeño. "Con mucha ilusión y muchas ganas porque tienen ganas de regularizar su situación", detalla Josebe Pedreño, formadora de Mercabana. "Es una solución porque estar en la calle siempre con la Policía no es bueno", destaca Adama, otra de las manteras.
Algunos llevan hasta once años sin papeles. Después de tres meses de formación entrarán en varias empresas para realizar prácticas. Todos ansían un contrato". Ahora mismo disfruto de estar aquí, con el pescado", señala Maty, también mantera. El Ayuntamiento de Barcelona costea la formación y Mercabarna subvencionará el coste del salario mínimo de cada aspirante durante un año a aquellas empresas que acaben contratando.
"El Ayuntamiento está luchando en solitario contra las leyes que son injustas necesitamos acompañarlo de un trabajo con la Delegación de Gobierno, que facilite la regularización de estas personas", declara Laia Ortiz, teniente de Alcalde de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona.
Para los empresarios que los acogerán en prácticas se trata de una solución doble. "Para quitarlos del problema de la ciudad, el tema del top manta y, a parte, pues cubrir las necesidades que tenemos de personal", indica Saturnino López, responsable RRHH 'Pescados Videla SA'. Es su sueño, dejar la manta atrás, para ponerse el delantal.