Todos los empleados tienen la obligación de fichar su jornada laboral. Es decir, la hora de entrada, de salida y las pausas. El registro tendrá que mantenerse durante un mínimo de cuatro años.

Se puede hacer a la antigua usanza o recurrir a las nuevas tecnologías como la tarjeta de acceso o la huella dactilar.

El presidente de CEG, José Antonio Neira, ha explicado que "se debe tener en cuenta la normativa de protección de datos".

La nueva ley no aclara qué ocurre con quienes trabajan desde casa. "No tienen por qué venir a la oficina, pican desde su teléfono móvil", destaca Alfonso García, director financiero de NF Comunicación.

El control horario quiere acabar con la precariedad laboral. "Se vienen produciendo multitud de denuncias de personas que están trabajando con un horario X y resulta que están haciendo horas extraordinarias", subrayaba Isabel Celaá, portavoz del Gobierno.

Según los últimos datos de la EPA, en el primer trimestre de 2019 los empleados trabajaron 5,6 millones de horas extra semanales y casi tres millones fueron no remuneradas. Horas que podrían suponer 70.000 empleos más.

Ahora, los inspectores pueden aparecer en las empresas para comprobar su sistema de control. "Los empresarios, en gran medida, desconocen las consecuencias", afirma María Tato, CEO de Afianza

Si no lo tienen implantado, la sanción puede ser de hasta 6.250 euros. Aunque la ministra de empleo apuntaba que actuarían con seriedad, pero dando cierto margen.