"La productividad de la gente no está vinculada al tiempo que trabajan, y esto lo saben todos los empresarios". Aunque resulte raro, estas palabras las pronuncia una empresaria. María Alvárez y su socia Elena decidieron reducir a 35 horas semanales repartidas en cuatros días la jornada de toda la plantilla de sus tres restaurantes, una vez que pudieron reabrir en la desescalada. Meses después, María asegura que la productividad ha mejorado y que le gustaría bajar hasta las 32 horas.

La iniciativa de esta hostelera podría generalizarse en España si prospera la enmienda a los Presupuestos planteada por Más País-Equo, que ha planteado una partida de 50 millones de euros para para subvencionar a pequeñas y medianas empresas que decidan reducir la jornada laboral de sus empleados sin reducirles el salario.

Hacienda está estudiando la medida y tendrá que decidir si la incorpora a los Presupuestos Generales del Estado, que todavía están en fase de negociación.

Por el momento, conocemos pocos ejemplos similares en España. La empresa pionera que implantó la jornada de cuatro días fue la jienense 'Software del Sol', que desde enero ha reducido la jornada a sus 181 empleados sin repercutir en su salario.

María y Elena quieren que este modelo se expanda y por eso han promovido en España el movimiento 4suma, a modo de filial de una coalición internacional de líderes sindicales, políticos, empresariales, académicos y activistas que demandan la reducción de la jornada laboral. Este movimiento ha impulsado una recogida de firmas, con la que buscan reunir apoyos y hacer llegar una carta a siete primeros ministros o presidentes de Gobierno, incluido Pedro Sánchez. Más País se ha sumado también a la coalición.

A lo largo de la historia, expone la carta, "la reducción de horas de trabajo ha servido en momentos de crisis y recesión económica para compartir el empleo con más igualdad entre los desempleados y los sobreempleados". Por ello, consideran que es el momento de ponerlo en práctica "para contribuir a la solución de la crisis económica derivada de la pandemia".

¿Qué beneficios tiene?

Aunque el debate sobre la reducción de la jornada laboral no es nuevo, e incluso era la medida estrella de Íñigo Errejón, la pandemia de COVID-19 ha supuesto el empujón necesario para el despegue de iniciativas como 4suma.

La necesidad de conciliar la vida personal con la laboral es el principal motivo para este avance, como explica esta empresaria: "Durante el confinamiento nos saltó la vida por los aires, teníamos que hacernos cargo de los hijos en casa a la vez que gestionábamos nuestra empresas".

Por ello, cuando pudieron abrir de nuevo, vieron que era el momento ideal para instaurar cambios: "No tenía ningún sentido volver a esta normalidad como si no hubiera pasado nada", apunta. Lo hicieron de primeras en su empresa de marketing, pero también lo han aplicado después en sus restaurantes, lo cual es más vanguardista aún, pues los horarios de la hostelería suelen caracterizarse por largas jornadas de trabajo y un solo día de descanso.

Pero además de la mejorar de la conciliación los defensores de la jornada de cuatro días anotan una larga lista de beneficios:

  • Mejor ambiente de trabajo: ¿quién no está más contento cobrando lo mismo por menos horas de trabajo?
  • Productividad e innovación: entienden que un mejor ambiente genera una plantilla más eficiente. Además, la necesidad de compensar esa pérdida de horas de trabajo obliga al empresariado a potenciar la innovación.
  • Reparte el trabajo y genera empleo, ya que permite entrar a más personas al mercado laboral.
  • Menor impacto ambiental: con menos días de trabajo se generan menos desplazamientos y por tanto menos contaminación.

En otras empresas, como la ilicitana Zacata Systems, también optaron por la jornada de cuatro días desde principios de año, con un modelo intermedio. En esta empresa informática, los trabajadores tienen una jornada de 37,5 horas, que pueden optar a condensar en cuatro días. La mitad de ellos ya lo ha hecho: "La gente tiene mucho más tiempo de ocio y para los quehaceres de casa, por lo tanto el ambiente que se genera es mucho mejor", nos cuenta Pedro Sánchez, CEO de la empresa.

Un siglo trabajando 40 horas

En 2019 se cumplió un siglo desde que se instaurara la jornada laboral de 40 horas en España. Mucho ha llovido desde entonces, pero sobre todo, mucho ha avanzado la tecnología, que ha permitido mejorar la eficiencia en todas las capas de la actividad laboral.

Por eso, desde los sindicatos mayoritarios creen que es el momento abrir el debate. "La Segunda Revolución Industrial fue de la mano de la reducción de la jornada laboral", apunta Carlos Gutiérrez, Secretario de Juventud y Nuevas Realidades del Trabajo de Comisiones Obreras (CC.OO.): "Las empresas hablan de las bondades de la transformación tecnológica digital, que implica que hagamos las cosas de forma más eficiente, pues esto tiene que ser beneficioso para la gran mayoría", defiende.

UGT y CC.OO., apoyan la reducción de la jornada laboral a 32 horas. Gutiérrez se muestra a favor de que por fin se abra este melón en la política nacional, aunque sea pasando por el punto medio de las 35 horas: "En España hay un problema de oportunidades y de reparto del trabajo, por eso tenemos tasas de desempleo más altas que la media europea. Por ello, considera, avanzar hacia la reducción de la jornada puede ser útil para que emerjan oportunidades y revertir el desempleo.

La patronal española CEOE se mantiene atenta al desarrollo de esta medida, pero de momento prefieren no posicionarse al respecto, según explican a laSexta.com.

Por su parte, desde la Asociación de Jóvenes Empresarios de Madrid lo ven viable "siempre que la productividad no se vea afectada", como cuenta su director general, Raúl Jiménez: "Siempre hemos defendido la conciliación de la vida laboral y la familiar, en otros paises lo hacen y se ha demostrado que funciona".

La Comunidad Valenciana ya lo ha aprobado

Mientras que se negocia la iniciativa de Errejón, la Comunidad Valenciana ya ha aprobado una medida similar, y para el año que viene se destinarán un millón y medio de euros para subvencionar empresas que reduzcan la jornada de sus empleados sin tocarles el sueldo.

Todavía queda por concretar a dónde irán destinados esos fondos, que podrá ser para contratar a más gente o a innovación para mejora de la productividad, como explica Enric Nomdedéu, secretario autonómico de Empleo y Director general de LABORA, el Servicio Valenciano de Empleo y Formación.

La iniciativa valenciana arrancó hace ya dos años y medio, cuando, en sus palabras, "me tachaban de extraterrestre". Nomdedéu defiende que la pandemia ha demostrado que "tenemos problemas de conciliación y medioambientales muy graves".

La Generalitat ha propuesto repartir esa ayuda de forma decreciente a lo largo de tres años, cubriendo primero el 100%, luego el 75 y 50 el tercer años, "hasta que se compense esa mejora la productividad", explica el secretario. Por otro lado, piensa que esa mejora en la eficiencia ya se ha producido: "Si un trabajador del siglo pasado viera la productividad de uno actual, fliparía".

Se ha repetido siempre el mantra de que España es uno de los países europeos en el que más horas se trabaja. Esto ha cambiado en los últimos años, y la media de horas semanales de trabajo ha bajado 1,1 horas frente al 0,6 de la media europea. En 2010, una persona que trabajaba a jornada completa hacía 41,7 horas de media, mientras que en 2019 era de 40,6, como vemos en el siguiente gráfico.

Así, en 2019 España está entre los diez países de la Unión Europea que menos horas trabajan, por encima de las 40,5 horas de Francia, o las 38 de Dinamarca, el país con menos horas de trabajo, según la agencia estadística europea Eurostat.

No obstante, en los datos de la OCDE España salimos peor parados: España está en el puesto número 10 de países de la UE en los que se trabaja más horas, y en el número 20 de entre los 36 país de la OCDE, con 1686 horas anuales.

A escala internacional, algunos países ya han dado pasos en la reducción de jornada o pretenden acometerlo. Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda (sí, la misma que se declaró fan de Pedro Sánchez), se mostró a favor en mayo de una semana laboral de 4 días como vía para reconstruir el país tras la pandemia.

Pero más cerca de aquí, otra primera ministra también ha abogado por la reducción de jornada. La finlandesa Sanna Marin, la segunda gobernante más joven del mundo con apenas 34 años, defendió ya en 2019 que "la gente merece dedicar más tiempo con sus familias, seres queridos, o hobbies". Allí, y en Islandia, ya se han probado experiencias piloto.

Además, los gobiernos de Escocia y de Gales han creado una comisión para estudiar esta medida.

En España, todavía no es más que una iniciativa sobre el papel, aunque los apoyos a esta causa crecen y la jornada de 32 horas puede llegar a convertirse en una realidad. María, impulsora de 4Suma, confía en que sí será una realidad, y "bastante extendida". Para ella, es una parte más de un cambio de modelo laboral necesario que tiene que llegar: "Si queremos que la gente aporte más necesitamos reordenar su trabajo", sentencia.