Con la banca ha pasado como con la canción de los ochenta: si el vídeo mató a la estrella de la radio, el móvil se ha llevado por delante al cajero tradicional.

Salvando las distancias, la banca lleva más de una década en crisis, agravada ahora por la 'puntilla' de la pandemia. A la baja rentabilidad del negocio y la crisis de popularidad desde 2008 se han sumado los avances en la digitalización, acelerados por el confinamiento y la necesidad de hacer las gestiones desde casa.

Es aquí donde el móvil mató al cajero, aunque el proceso ha sido lento pero constante en la última década. En apenas unos meses se han anunciado más de 2.000 cierres de oficinas y 11.000 despidos en dos grandes entidades, CaixaBank y BBVA, aunque en total son 19.000 los puestos de empleo que están en peligro en el sector financiero.

CaixaBank, tras fusionarse con la rescatada Bankia, prevé la salida de 7.791 empleados y la clausura de 1.534 oficinas, en tanto que BBVA negocia 3.448 despidos y el cierre de 530 oficinas.

Los 11.000 despidos previstos entre estas dos compañías se suman a los que ya han realizado otras financieras en los últimos meses: Santander cerró un proceso de 3.572 trabajadores en diciembre del año pasado; Sabadell, 1.817; Ibercaja, 750… En total, más del 10% del sector, según las cifras de 2019.

El Estado, propietario de una de las entidades

Estos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) han atizado el panorama político y económico: no solo por el desgarro que supone para el empleo, sino porque uno de los bancos cuenta con participación estatal. Y porque los anuncios se han solapado con la publicación de los beneficios de las compañías y con los abultados sueldos, con subida incluida, de sus directivos.

El Estado, a través del FROB, es propietario del 16% de CaixaBank, lo que explica la salida en tromba del Gobierno a criticar la pertinencia de los despidos y del aumento de los salarios a su cúpula: tanto la vicepresidenta segunda, Nadia Calviño, como la tercera, Yolanda Díaz, han aparcado sus diferencias y coincidido en sus críticas a la banca.

Pero la discrepancia no se ha quedado únicamente entre la representante de la ortodoxia económica del Gobierno y la líder de Unidas Podemos en la coalición. También el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, entró de lleno en el debate y cuestionó que estos episodios sean "aceptables".

"Lo que no es posible es ver lo que estamos viendo. Hay sectores ganadores de la transformación digital que están echando a trabajadores mientras ganan salarios de seis cifras, con beneficios y bonus en incremento", aseveró Sánchez ante los líderes europeos en la cumbre de Oporto.

Por parte de la Vicepresidencia de Yolanda Díaz la pasada semana se envió una carta a ambas entidades recordando que han de debatir medidas para rebajar las salidas. "No son tiempos de despidos colectivos", recordó la ministra de Trabajo el pasado viernes.

Y la vicepresidenta económica Calviño ha vuelto a insistir este lunes en que no es consecuente despedir al tiempo que se pagan cantidades millonarias a sus ejecutivos: "Tiene que haber una respuesta clara desde el punto de vista de la remuneración de los directivos de este sector, particularmente cuando se plantean expedientes de regulación de empleo o despidos muy importantes".

La pandemia ha acelerado los despidos

El COVID-19 fue gasolina en un fuego que llevaba tiempo ardiendo: los confinamientos y cierres de oficinas al público han acelerado la digitalización de las finanzas. De este proceso ya advirtió el secretario general de CCOO, Unai Sordo, a laSexta.com como una consecuencia de la pandemia. "Se aceleran los procesos de reestructuración y digitalización en el comercio o en los servicios financieros", señaló, semanas antes de los anuncios de despidos masivos en ambas entidades.

Este análisis lo constata el consultor de Banca de Analistas Financieros Internacionales, Fernando Rojas: "Ya veíamos que el negocio bancario es maduro y con poca rentabilidad", explica en conversación con esta cadena.

Y a poca rentabilidad, ahorro en costes… a través del empleo.

"Los procesos de fusiones provocan una redundancia de oficinas", apunta Rojas. "La oficina física pierde sentido ya que los clientes solicitan los servicios a partir de la red", razona.

En este sentido, la patronal del sector bancario señala que las entidades ya estaban preparadas para un cambio de esta magnitud: "Los bancos llevan mucho tiempo liderando la transformación digital en Europa y esta situación tan complicada les ha hecho pisar aún más el acelerador", apunta el portavoz de la Asociación Española de Banca, José Luis Martínez Campuzano.

Subidas de salarios y despidos masivos

Pero la polémica no son únicamente los 19.000 puestos de trabajo que ahora mismo están en el aire. El problema viene con que se arguyen problemas estructurales al tiempo que las cinco principales entidades del país han informado beneficios de 7.825 millones de euros en el primer trimestre y sus altos ejecutivos van a recibir retribuciones y pluses millonarios.

Por ejemplo, el nuevo presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, cobrará 1,65 millones fijos y 200.000 en retribución variable; y su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, 2,26 millones.

O el bonus millonario aprobado para 339 empleados en la junta de accionistas del BBVA: 157 millones, entre ellos más de un millón para el presidente y el consejero delegado de la entidad.

Lo cierto es que la cuestión remunerativa se ha convertido en una patata caliente cuando aproximadamente el 10% de los trabajadores del sector financiero están a punto de engrosar las listas del paro o las jubilaciones. Las fuentes conocedoras del sector consultadas declinan responder al respecto, una cuestión fundamentalmente reputacional.

Sí ha hablado muy claro el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que ha defendido que los sueldos en la banca son los que son y que el Ejecutivo tiene poca conciencia empresarial: "El Gobierno entiende poco lo que es la empresa".

Según datos recogidos por la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT, España cuenta con las ratios más bajas de empleado por oficina bancaria y de habitantes por oficina de Europa: 7,4 y 1.985, respectivamente.

Sin embargo, desde el sindicato apuntan a un dato que creen fundamental: la proporción de habitantes por empleado de banca. España cuenta con 268 'banqueros' por ciudadano, de las más elevadas del continente. Y que ahora, con los despidos en marcha, subirá exponencialmente.

Siete de cada diez sucursales cerradas en diez años

"El proceso de adelgazamiento de las estructuras comerciales [oficinas] es un fenómeno a escala global", señala el portavoz de la AEB. "Para afrontar mejor la pandemia y seguir apoyando a las familias y empresas, los bancos necesitan reforzarse ajustando sus estructuras", argumenta Martínez Campuzano.

De acuerdo con un informe de JPMorgan de principios de año, la banca española podría cerrar el 70% de las actuales sucursales en menos de una década. Alrededor de 15.000 oficinas, lo que augura un futuro negro para el empleo bancario y también un aumento de las prejubilaciones, justo cuando el Gobierno quiere ponerles freno.

¿Tiene futuro el empleado del sector financiero? "El empleado medio de banca está muy bien formado", dice, optimista, el consultor Rojas. "Es un sector que siempre va a existir, aunque se transforme, y dicha formación se valora mucho en el mercado", subraya.

Desde 2009 a 2019 se han perdido 86.255 puestos de empleo en el sector -un tercio- y 20.234 oficinas –el 45,9%-. Y las perspectivas de futuro no son mejores.