Hernández Bento ha hecho estas declaraciones en el Ministerio de Industria, antes de mantener una reunión con la consejera de Empleo, Industria y Comercio de Canarias, Francisca Luengo (PSOE), para avanzar en la implantación de energías renovables en las islas.

El subsecretario ha explicado que Repsol se comprometió a hacer dos sondeos de investigación y recibió autorización para ello.

Ahora, tras desistir de hacer el segundo en las aguas cercanas al archipiélago, puede renunciar a él de forma definitiva o bien "transferir ese posible sondeo que se iba a realizar a Canarias a cualquier otro lugar de España donde tenga autorizado otro trabajo de investigación similar".

El Gobierno, ha indicado, está a la espera de que la compañía "dé el paso que estime oportuno", para lo cual tiene de tiene de plazo hasta en 2016, cuando caduca el permiso que tiene concedido.

Por su parte, El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, se ha reunido con los representantes de los colectivos contrarios a las prospecciones petrolíferas y les ha dicho que "se ha ganado una batalla, pero la guerra sigue abierta" en los frentes judicial, europeo y social.

El presidente canario ha celebrado este encuentro con las organizaciones sociales e instituciones locales que más se han significado en el rechazo a las prospecciones tres días después de que Repsol anunciase que abandona el pozo "Sandía", tras no haber encontrado en esa zona reservas de hidrocarburos rentables.

Al término de la reunión, el comisionado para el Desarrollo del Autogobierno y las Reformas Institucionales del Gobierno de Canarias, Fernando Ríos, ha asegurado a la prensa que el mensaje que ha transmitido Paulino Rivero ha sido claro: "Se ha ganado una batalla, pero la guerra sigue".

El presidente también ha anunciado a sus interlocutores que el Ejecutivo regional va a mantener "abierto" los frentes en los que está luchando, desde el judicial al europeo y al social. Rivero ha explicado que se ultima un convenio con las dos universidades canarias para que éstas puedan analizar los daños que se han producido en el lugar de la prospección, situado unos 50 kilómetros al este de Lanzarote y Fuerteventura.