En Dubái, restaurantes y pubs se suman a una moda exclusiva: servir copas con cubitos de hielo 'premium' que, lejos de salir de una fábrica, llegan desde el mismísimo Ártico. Concretamente del fiordo de Nuuk, porque una 'startup' ha comenzado a comercializar pequeños trozos de icebergs naturales.

La compañía Arctic Ice promociona su producto bajo el eslogan "el hielo más puro del mundo". ¿El motivo? Desde la 'startup' aseguran que estos bloques de hielo son puramente agua sin contaminación alguna: "No han estado en contacto con ningún suelo ni dañadas por contaminantes producidos por actividades humanas", subrayan en su página web.

Por este mismo motivo, recalcan como uno de sus puntos fuertes la ausencia de sabor, "a diferencia del hielo elaborado con agua de grifo o mineral", que no altera el gusto de los productos. Otro de sus puntos fuertes es la duración: desde Arctic Ice afirman que la estructura de estos hielos, sin burbujas y compactados tras miles de años en el Ártico, hace que duren más que un cubito convencional.

Estos son de los motivos que llevan a los más extravagantes a darse un capricho y pagar precios desorbitados por refrescos o copas en negocios exclusivos de Dubái, algo que indigna a los colectivos ecologistas.

Desde Greenpeace cargan contra la comercializadora: "No tiene ningún sentido. Hay que poner un poco de coto a esta locura que llegamos a hacer por la extravagancia y el lujo", explica a laSexta Noticias Elvira Jiménez, responsable de océanos de Greenpeace, que pone sobre la mesa el daño que acciones de este tipo pueden provocar en el medio ambiente.

"Tendrá un coste con una huella ecológica muy grande, no solo por extraer el hielo, sino por todo el proceso... No podemos ponernos a trocear los icebergs", denuncia.

La compañía niega que sus operaciones sean perjudiciales

 Greenpeace no es el único colectivo de ecologistas que denuncia daños a largo plazo. Hay más que, junto a cientos de usuarios, han inundado las redes de comentarios contra estos hielos 'premium'. A pesar de ello, la compañía asegura que su producción tiene un impacto muy insignificante y sostiene que sus operación están diseñadas para provocar el mínimo impacto en el fiordo de Nuuk.

Aunque actualmente sus buques con contenedores congeladores recorren desde Groenlandia hasta Dubái, ya están estudiando incorporar barcos híbridos, de batería, a su flota para que la huella de dióxido de carbono sea la menor posible.

¿Repercute positivamente en la economía?

Además, explican desde Arctic Ice, esta nueva forma de obtener cubitos de hielo repercute positivamente en la economía local, pues "permite la diversificación de las fuentes de ingresos de los lugareños, incluidos los pescadores que pueden suministrarnos hielo durante las malas temporadas de pesca". Generar estos ingresos podría, según recoge la web oficial de la compañía, ayudar a la economía con un mayor poder adquisitivo.

Por este motivo, los fundadores planean ya expandirse a otros países para que, alrededor de todo el mundo, curiosos y extravagantes consuman, a precios muy superiores, cubitos de hielo 'premium'.