Miras el reloj, ya deberías estar fuera. Te has quedado para acabar el proyecto, para ayudar a abordar un pico de producción o porque un compañero ha faltado a su puesto de trabajo. Las horas extra están contempladas en nuestro Estatuto de los Trabajadores, rogando que al menos se paguen como una jornada común. El problema es que todavía se quedan muchas sin pagar, y que estamos entre los pocos países europeos que no paga una prima por trabajarla.
UGT ha salido al paso de esta cruzada pidiendo que se paguen todas las horas extra, y que se paguen mejor, y por eso el sindicato ha demandado al gobierno de España a través del Comité Europeo de Derechos Sociales, un órgano que se encarga de velar por el cumplimiento de la Carta Social Europea, que alberga lo que se consideran derechos laborales mínimos, pero que toma decisiones no vinculantes.
Pepe Álvarez, Secretario General de UGT, tiene claro que este es un problema de primer nivel en el marco labora, "sabemos además que las mujeres son las que hacen menos horas extraordinarias declaradas". Con los datos de la EPA del Tercer Trimestre, se puede verificar ese dato, y también que el 37% de los trabajadores que hacen horas extra declaran que no se les paga nada por ellas.
La gran mayoría de trabajo extra se ejecuta en la industria manufacturera, en el comercio y en la hostelería, sectores que también lideran las horas no pagadas. Ana Gómez, presidenta de ASNALA, recuerda que también "es un conflicto muy recurrente en los tribunales y en la inspección de trabajo" denunciando que las empresas "ni las retribuyen ni las registran como tal.
Pero el problema también está en las remuneradas, y en cómo se pagan, porque la ley en España marca el mínimo: que su precio sea el mismo que una hora de trabajo común, pero la mayoría de países europeos dan una prima del 10% e incluso del 50%. A todos los trabajadores se les paga una hora y media por cada hora trabajada.
Ante esta diferencia, UGT reclama que se cumpla la Carta Social Europea, es decir, una prima "por lo menos del 25%" subraya Álvarez. Según fuentes de UGT a laSexta, el sindicato espera tener una resolución favorable, aunque reconocen que los plazos de resolución se pueden demorar hasta dos años. Desincentivar el trabajo extra encareciéndolo, defiende el sindicato, incentivaría la contratación.
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Imaginemos que España cumpliera con la Carta Social Europea en este aspecto y pongamos el salario mínimo por hora para empleadas del hogar que acaba de establecerse: 8,87 euros brutos. Con estas casuísticas, se podría decir que la hora extra no podría pagarse por debajo de 11 euros.
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