El Gobierno ya ha recaudado 1.454,5 millones gracias a los impuestos temporales a la banca y a las energéticas con los que pretendían gravar sus beneficios extraordinarios por la subida de los precios de la energía y del alza de los tipos de interés.

Según ha detallado la titular de Hacienda, María Jesús Montero, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, el primer avance de este pago, cuyo plazo terminó ayer, ya arroja un cumplimiento de las previsiones más conservadoras de recaudación total: 3.000 millones a fin de año, basado en los beneficios a cierre de 2022.

Las empresas tenían que avanzar el 50% de la cuota prevista para todo el año y, en palabras de Montero, "los resultados son muy positivos". Así, las compañías energéticas han abonado 817,4 millones, en tanto que los grupos bancarios han pagado 637,1 millones. "Esto anticipa una recaudación real anual de ambos impuestos superior a los 2.900 millones y en la previsión más conservadora de lo que el Gobierno había previsto", se ha felicitado la titular de Hacienda. Incluso ha previsto que la recaudación pueda superar las estimaciones para el ejercicio. El Gobierno esperaba que, a cierre de año, estos impuestos temporales recaudaran 1.700 millones, en el caso de las energéticas, por 1.300 millones de parte de la banca.

"Es una cantidad bastante asumible que en ningún aspecto puede considerarse confiscatorio", ha subrayado Montero.

"Cumplimos el mandato constitucional pidiendo a estos sectores que están obteniendo beneficios extraordinarios, bien por la energía o por los tipos de interés, que contribuyan", ha reclamado Montero, que ha recordado que el año pasado las grandes entidades bancarias tuvieron un beneficio de 20.500 millones de euros y, a falta de datos completos, las energéticas ganaron hasta un 43% más. En este sentido, y recordando el rescate a la banca con dinero público, la titular de Hacienda ha reclamado a estas grandes corporaciones que arrimen el hombro haciendo un pequeño esfuerzo.

Montero ha hecho una larga introducción para su informe de los datos, defendiendo un modelo fiscal progresivo de mayor protección social que ha calificado de "coherente", frente a quienes cuestionan de improvisación las nuevas figuras fiscales aprobadas. Así, ha subrayado que ante el mayor gasto que está haciendo el Estado para proteger a quienes más sufren las consecuencias de la pandemia y de la guerra de Ucrania, quienes más se benefician también debían aportar en mayor cuantía.

Junto a los gravámenes a la banca y las energéticas también se aprobó una contribución especial para las rentas más altas, un impuesto a las grandes fortunas, pero del cual todavía no existen datos.

La ministra ha aprovechado su intervención para defender la política fiscal del Ejecutivo y lanzar un dardo directo al Partido Popular, un modelo que han comparado con el fallido intento de rebaja de impuestos del breve mandato de Liz Truss como primera ministra británica. Su receta, ha dicho Montero, "pudimos sufrirla" en la crisis anterior. "Aquellos que todavía en estos días hablan de bajar impuestos de forma generalizada son los mismos que, cuando llegan al Gobierno, practican la mayor subida de impuestos de la historia", ha censurado.