Durante la presentación de la Estrategia 'Más alimentos, menos desperdicio', que tratará de lograr reducir a la mitad la pérdida de alimentos en 2025, el ministro ha explicado que ahora cada fabricante debe evaluar el tiempo razonable en que se puede consumir su yogurt.

A este respecto, Arias Cañete ha precisado que el Boletín oficial del Estado (BOE) publicó el pasado viernes el Real Decreto 176/2013, por el que se deroga el RD 179/2003 que establecía la fecha de caducidad. De este modo, los consumidores, a partir de ahora, sabrán que hasta la nueva fecha el yogurt mantiene todas sus propiedades organolépticas, pero que a partir de entonces no significa que su consumo sea perjudicial. "No vamos a poner dos fechas (caducidad y consumo preferente) para volver loco al consumidor", ha añadido.

Esta medida se enmarca en la Estrategia que tratará de evitar el desperdicio de alimentos, que en España se eleva hasta los 7,7 millones de toneladas y que en todo el mundo supone un tercio de la producción mundial, según datos de la FAO.

Así, España se sitúa en el sexto país que más comida desperdicia de Europa detrás de Alemania (10,3 toneladas); Holanda (9,4 toneladas); Francia (9 toneladas); Polonia (8,9 toneladas) e Italia (8,8 toneladas).

En este sentido, el ministro ha dicho que "no hay consenso" en la Unión Europea de lo que significa desperdicio de alimentos por lo que se ha abierto un periodo para llegar a un consenso antes de julio en entre los Veintisiete.

La Estrategia contempla cinco grandes áreas de actuación que afectarán a las normas de las administraciones públicas, a las empresas y operadores de la cadena alimentaria y a la sociedad en general, ya que se van a desarrollar actuaciones que contribuyan a impulsar un cambio de actitudes y sistemas de trabajo y gestión que permitan limitar el desperdicio, así como reducir las presiones ambientales encaminadas a lograr la participación de todos los sectores de la sociedad.

Para el ministro los alimentos que se desperdician provocan además otros problemas como emanaciones a la atmósfera y otras cuestiones asociadas que aumentan el cambio climático. Sin embargo, pese a que el impacto ambiental "es muy elevado, una sociedad civilizada, por responsabilidad, no se puede permitir" que, con gente que pasa necesidades haya alimentos perfectamente consumibles que acaben en vertederos.