En 1994, Miguel García Hoffmann, uno de los máximos responsables en vigilar la corrupción en Cataluña, compró un dúplex de lujo a José Luis Núñez, expresidente del Barca y destacado constructor, en plena inspección fiscal de sus empresas. Sin embargo, afirmaba: "Sólo sé que mi actuación como delegado de Hacienda fue intachable y nunca beneficié a Núñez ni a nadie".

Núñez fue condenado a seis años de prisión en el caso Hacienda. Hoffmann salió exculpado, aunque el dúplex le salió a la mitad de su precio de mercado. "A la vista de lo sucedido, sólo se me ocurre pensar que sé comprar a buen precio", señalaba.

En 1995, coincidiendo con su marcha de Hacienda, Hoffmann adquirió un piso de lujo en una las zonas más cotizadas de Barcelona, por el que también fue investigado. Es al año siguiente, en 1996, cuando Hoffmann abre una cuenta en Suiza con saldo desconocido, según consta en la Lista Falciani.

En excedencia como inspector de Hacienda, se dedica a asesorar a empresas cuando estalla el 'fraude de la Chatarra'. Hoffmann es acusado de defraudar 10,4 millones de euros en las declaraciones del IVA de una de las empresas más importantes del sector de la chatarrería.

Según la Lista Falciani, Hoffmann estaría relacionado con otras dos sociedades en el HSBC a través de su pareja y sus dos hijos. En 2005 desaparece su rastro en Suiza. Su hija no ha querido hacer declaraciones a laSexta. Acostumbrado a andar sobre el alambre y salir indemne de todos los procesos, el exdelegado de Hacienda en Cataluña está ilocalizable, según su propio despacho de asesoría.