Uno de los objetivos de la visita a España del presidente chino, Xi Jinping, era conseguir el apoyo de nuestro país en el proyecto 'One Belt One Road' (conocido como Ruta de la Seda) impulsado por el país asiático.

Lanzadas en 2013 por Xi Jinping, las Rutas de la Seda involucran a 70 países y son un ambicioso proyecto de construcción de puertos, carreteras y conexiones ferroviarias entre Asia y Europa financiados a golpe de talonario por millonarios préstamos de China. En Europa, ya hay países como Grecia y Polonia se han asociado.

Fuentes del Gobierno dan por hecho que en las conversaciones con Xi Jinping se hablará de esta iniciativa, pero han precisado que España no firmará esta gran iniciativa de infraestructuras, aunque sí puede expresar interés en algún proyecto concreto.

El Gobierno español argumenta que la UE tiene ya su propia iniciativa de conectividad con Asia y quiere actuar en ese marco. Sin embargo, la razón que puede haber detrás de esta negativa es la desconfianza generada por este proyecto entre los socios comunitarios.

Dentro de la UE, muchos países consideran que las nuevas Rutas de la Seda son un intento del régimen comunista para expandir su influencia política en Occidente y continuar así con la lucha económica que mantienen con Estados Unidos después de la imposición de aranceles por parte del Gobierno de Trump.

En un comentario sobre estas Rutas de la Seda, la canciller alemana Angela Merkel advirtió en febrero a Pekín que no debía vincular sus inversiones en los Balcanes a "cuestiones políticas".