España, el país con más densidad mundial de bares, cuenta con 260.000 establecimientos, uno por cada 175 personas, según los datos de una consultora, que prevé que el número de aperturas crezca el 1,5% durante 2016, tras un alza en 2015 del 3,6%.

Según el estudio, muchos españoles han encontrado una nueva salida profesional en la hostelería, como empresarios, autónomos o poniendo en marcha su franquicia de restauración organizada.

El sector diversifica la oferta; la franquicia ha traído más innovación y nuevas formas de trabajar y hay segmentación en los locales para atraer a los consumidores a lo largo de todo el día, aprovechando diferentes momentos de consumo.

Durante los años de crisis económica, desde 2008, se destruyeron entre 25.000 y 30.000 puntos de venta y el 30% del valor en la venta de bebidas en la hostelería, con los locales nocturnos como principales damnificados.

En 2015 el consumo fuera del hogar empezó a recuperar clientes y también el gasto, en lo que ayuda el mayor clima de confianza, las cifras récord de turistas y los indicadores macroeconómicos.

Del informe se desprende que, tanto los bares como los consumidores, están experimentado importantes cambios. "La cervecita vuelve" y supone más del 56 % del crecimiento de la hostelería diurna, en volumen, durante el último año móvil y "la barra cambia" para adaptarse a un perfil de cliente que valora más la salud, la moda y el disfrute y productos como ginebras, tónicas e incluso bebidas alcohólicas premium.