Créditos de hasta 50 euros con intereses que rozan el 50%. Es lo que ofrecen los nuevos prestamistas online, empresas que no controla el Banco de España y a las que recurren personas que no llegan a final de mes para sobrevivir.

Así lo denuncia desdela Asociación de Consumidores Rías Baixas María Álvarez, que alerta de que estos microcréditos sin control se han disparado e incluso "cuadriplicado", sobre todo en "gente mayor" y "personas muy vulnerables".

Son personas que prefieren mantenerse en el anonimato y que no pueden acudir a un banco, a quienes se les ofrece dinero en plataformas online que prometen un ingreso inmediato "a golpe de click", según apunta Álvarez, que incide en que estas entidades "no son financieras", sino "auténticos chiringuitos".

Ello, en un contexto en el que las colas de los bancos de alimentos están creciendo, mientras las donaciones caen. Jaime Serra, del Banco de Alimentos de Valencia, explica que recurren a ellos "gente que no hace mucho trabajaban tanto el marido como la mujer y que ahora trabaja uno de los dos". Desde la Asociación de Hermanamientos, por su parte, Juan Luis Pagés afirma que les "está matando la subida de precios", que les ha dejado con "los almacenes vacíos".

Así, y como la inflación también golpea a estas asociaciones, los usuarios pueden llevarse menos producto a casa, y ven en estos créditos su salvación. "Son muy golosos", apunta en este sentido una mujer en el Banco de Alimentos de Valencia, que reconoce que tiene familia con este tipo de microcréditos.

Según la Asociación de Usuarios Financieros Asufin, podemos encontrar préstamos de 50 euros a 30 días en los que pagamos interés de 18 euros, casi un 50%, y créditos a siete días, pagando hasta ocho euros. Sin embargo, después están además las penalizaciones por impago, con multas y también intereses que se pueden doblar.

"Se pide crédito para pagar otros créditos", explica su presidenta, Patricia Suárez, que denuncia que estas empresas "lo que hacen es dar un préstamo muy caro a sabiendas de que habrá gente que no lo pueda devolver". Una situación ante la que las asociaciones piden a la Unión Europea que controle estas entidades.